CUENTOS Y FÁBULAS DE AUGUSTO MONTERROSO
Enviado por • 30 de Septiembre de 2013 • 432 Palabras (2 Páginas) • 698 Visitas
CUENTOS Y FÁBULAS DE AUGUSTO MONTERROSO
El espejo que no podía dormir
Había una vez un espejo de mano que cuando se quedaba solo y nadie se veíaen él se sentía de lo peor, como que no existía, y quizá tenía razón; pero los otrosespejos se burlaban de él, y cuando por las noches los guardaban en el mismocajón del tocador dormían a pierna suelta satisfechos, ajenos a la preocupación delneurótico.
El grillo maestro
Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno, elDirector de la Escuela entró sorpresivamente al aula en que el Grillo daba a losGrillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el momento de laexposición en que les explicaba que la voz del Grillo era la mejor y la más bellaentre todas las voces, pues se producía mediante el adecuado frotamiento de lasalas contra los costados, en tanto que los pájaros cantaban tan mal porque seempeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpohumano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.Al escuchar aquello, el Director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio,asintió varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la Escuela todosiguiera como en sus tiempos.
El perro que deseaba ser un ser humano
En la casa de un rico mercader de la Ciudad de México, rodeado decomodidades y de toda clase de máquinas, vivía no hace mucho tiempo un Perro alque se le había metido en la cabeza convertirse en un ser humano, y trabajaba conahínco en esto.Al cabo de varios años, y después de persistentes esfuerzos sobre sí mismo,caminaba con facilidad en dos patas y a veces sentía que estaba ya a punto de serun hombre, excepto por el hecho de que no mordía, movía la cola cuandoencontraba a algún conocido, daba tres vueltas antes de acostarse, salivaba cuandooía las campanas de la iglesia, y por las noches se subía a una barda a gemirviendo largamente a la luna.
El Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio
Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontróque ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y sedeprimió mucho.
El burro y la flauta
Tirada en el campo estaba desde hacía tiempo una Flauta que ya nadietocaba, hasta que un día un Burro que paseaba por ahí resopló fuerte sobre ellahaciéndola producir el sonido más dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro yde la Flauta.Incapaces de comprender lo que había pasado, pues la racionalidad no era sufuerte y ambos creían en la racionalidad, se separaron presurosos.
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