Caminando Bajo El Mundo

Lo primero que debe hacer el líder es conocer la empresa, tener claro los objetivos comunes y valorar lo que tiene tanto en activos como en recurso humano (El activo más importante de la organización); seguidamente debe hacer una valoración exterior para encontrar los posibles caminos por donde puede crecer la empresa. Al revisar ese entorno debe darse cuenta de las situaciones a las que posiblemente se debe enfrentar la organización y con las pueden surgir necesidades o dificultades que la obligan a tomar acciones inmediatas. El solo hecho de comenzar a explorar el exterior implica que el líder utilice todo su potencial sin haber espacio para el miedo ni para la duda, además de la aplicación de habilidades como la de buscar diferentes alternativas ante las circunstancias que se puedan presentar, el incentivar para el trabajo en equipo, el hacer que su liderados sueñen y se comprometan como él lo quiere hacer y que todos trabajen por ideas comunes de desarrollo, implicando no solo mucho esfuerzo sino la conciencia de aceptar lo cambios como algo positivo para todos. Es necesario tener un buen instinto para buscar esas nuevas alternativas, sin embargo, podemos chocar contra los muros del fracaso si solo confiamos en esos instintos, es necesario un pensamiento estratégico y actuaciones con inteligencia para poder encontrar el queso que buscamos para suplir las necesidades.

Para el líder anticiparse a esos cambios todos los días debe medir el crecimiento de la empresa y ser muy observador con lo que pasa tanto en el mercado como dentro de la misma; hallar todo tipo de indicadores que le permitan tomar acciones y si es el caso modificar las estrategias para que la organización sobreviva ante cualquier otra adversidad y la marcha continúe sin problema; la terquedad, la rutina, el miedo, la soberbia, pensar que los recursos son ilimitados y simplemente quedarnos quietos, son las razones por las que no nos enfrentamos al cambio, y simplemente dejamos las zapatillas a un lado pensando que ahí nos podemos quedar y que con lo que tenemos podemos avanzar. A este tipo de personas y de organizaciones le llegan sorpresas que ponen en riesgo su sobrevivencia y que quizá ya sea tarde para hacer los cambios; sin embargo, buscar culpables y cerrarnos en la idea de que no se puede hacer nada efectivamente logrará que la empresa termine de estancarse, o por el contrario podemos pensar en esas alternativas que puedan salvarnos y hacer el último intento, ya cuando no hay nada que perder no sobra arriesgarnos.

“Mientras más pronto te deshagas del queso viejo, más pronto podrás disfrutar del nuevo”. Las águilas a sus 40 años deben tomar la decisión de morirsen por su mal estado físico o enfrentarsen a un proceso duro de renovación que dura 150 días, pero al pasarlos, pueden disfrutar de la etapa más maravillosa de sus vidas. Llegan momentos en la organización o incluso en nuestra vida que debemos hacer un alto y enfrentar

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