Camino

Camino es una niña de doce años que estudia en un colegio católico y que pertenece a una familia del Opus Dei. Por tanto, la religión forma una parte fundamental en su vida, apartando a un lado cualquier otro aspecto. Incluso las actividades extra escolares están dominadas por la religión. En este ambiente oprimido y reprimido, con el que comulga de buena gana ya que ha sido educada así, intenta dejar paso a otras cosas a las que su madre, implacablemente pero procurando que no se note, se opone. En lugar de madre, parece guardiana de la vida de su hija, una vida encaminada únicamente a servir a Dios, a hacer todo dedicándoselo a Dios, a sacrificarse por que así lo quiere Dios. En este ambiente, la niña enferma de cáncer y la enfermedad es vista casi como una bendición por parte de la madre mientras que el padre contempla horrorizado como Dios le arrebata la última de sus hijas, como ya le quitó a su hijo y a su hija mayor.

Pero también hay tiempo para la alegría en la vida de Camino y es sobre todo en sueños cuando ella disfruta de las cosas buenas que Jesús le trae, aquellas que la madre no aprobaría pese a venir de Él, más papista que el Papa, obcecada en una única cosa, ser lo suficientemente infeliz para servir así mejor a Cristo. La enfermedad de la hija, un cáncer que se la acabará llevando, no le parece suficiente sufrimiento para la pequeña con tal de que llegue a ser la primera santa del Opus Dei.

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