Cancionero Petrarca
Enviado por Valc • 11 de Marzo de 2015 • 695 Palabras (3 Páginas) • 233 Visitas
El cancionero se compone de 366 poemas, la mayoría sonetos o formas más breves. En términos estrictamente métricos, existe una gran homogeneidad y muy escasas innovaciones. La innovación radica en unir piezas dispares en una sola colección coherente y muy trabajada.
La estructura es bipartita: una primera sección (la más extensa) dedicada a su amor por Laura mientras vivía y una segunda que alude a la supervivencia de su pasión luego que ella ya ha muerto.
Una serie de poemas estratégicamente colocados van proporcionando fechas fundamentales; unos veinte sonetos contienen referencias cronológicas precisas que miden el paso del tiempo desde 1327 hasta 1358, doce años después del fallecimiento de Laura.
El primer soneto abarca en sí mismo el tiempo al representar la perspectiva de un poeta mayor y más sabio que mira hacia atrás y contempla los errores de juventud del hombre que fue, expresando arrepentimiento y vergüenza por los vanos sufrimientos y vanas esperanzas.
Pero el tema dominante se hace presente en la segunda parte del cancionero: el amor, que aparece y debilita el instinto moral.
En los primeros siete sonetos, el nombre de Laura da lugar al juego de palabras : su vinculación con los laureles de la poesía queda clara como así también su papel como transfiguración de Dafne, la ninfa que según Las Metamorfosis de Ovidio había sido amada y perseguida por el dios del sol, Apolo, y transformada en laurel justo a tiempo para escapar de él.
Cerca del final del Cancionero, ella se le aparece en una de las muchas visiones y le ofrece los laureles del triunfo, recordándole que aún esta ligado por el nudo dorado de su amor.
Sin salir de su marco comienza a desarrollarse un deseo que es todo sufrimiento, destinado a no ser correspondido jamás.
El poeta, como su poesía, se encuentra en un fluir perpetuo. Nos presenta los conocidos temas:
• el paso del tiempo,
• la fragilidad de todo lo mortal,
• la vanidad de todas las alegrías,
• el movimiento hacia adelante del viaje de la vida,
• la huida de la muchedumbre vulgar en pos de la soledad,
• la influencia de Ovidio, no sólo en cuestiones de metamorfosis y laureles, sino también en la metáfora de Cupido disparando flechas a los ojos del amante,
• el tópico del Ubi sunt (dónde están),
• el paso de los grandes hombres y sus hazañas y
• el paso de la belleza, aspectos todos ellos que reconocemos como típicos de Petrarca.
En la segunda parte, el sufrimiento deja paso a la desesperación y ésta al arrepentimiento. Se da cuenta de que su amor, en la medida en que estaba dedicado a un ser mortal, era erróneo y que la virtud de Laura, que se resistió a sus requerimientos, actuó por el bien de él. El deseo de muerte aumenta, y con él la esperanza piadosa
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