Cantos De Entrada
Enviado por yuridiana10 • 18 de Septiembre de 2014 • 908 Palabras (4 Páginas) • 197 Visitas
Cantos de entrada
Canción de jeremías
Antes que te formaras
dentro del vientre de tu madre
antes que tú nacieras
te conocía y me consagré.
Para ser mi profeta
en las naciones yo te elegí
irás donde te envíe
y lo que te mande proclamarás.
Tengo que gritar, tengo que andar,
ay de mí si no lo hago
cómo escapar de Ti, cómo no hablar
si tu voz me quema dentro.
Tengo que arriesgar, tengo que luchar
ay de mí si no lo hago
cómo escapar de Ti, cómo no hablar
si tu voz me quema dentro.
No temas arriesgarte
porque contigo yo estaré,
no temas anunciarme
porque en tu boca yo hablaré.
Te encargo hoy mi pueblo
para arrancar y derribar
para edificar, destruirás y plantarás.
Deja a tus hermanos,
deja a tu padre y a tu madre
abandona tu casa
porque la tierra gritando está
nada traigas contigo
porque a tu lado yo estaré
es hora de luchar
porque mi pueblo gritando está.
Juntos como hermanos
JUNTOS COMO HERMANOS
MIEMBROS DE UNA IGLESIA
VAMOS CAMINANDO
AL ENCUENTRO DEL SEÑOR.
Un largo caminar
por el desierto bajo el sol
no podemos avanzar
sin la ayuda del Señor.
Unidos al rezar, unidos
en una canción
viviremos nuestra fe
con la ayuda del Señor.
La Iglesia en marcha está
a un mundo nuevo vamos ya
donde reinará el amor
donde reinará la paz.
SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA
SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA
Y JUNTOS CAMINANDO PODREMOS ALCANZAR
OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA,
SIN PENAS NI TRISTEZAS,
CIUDAD DE ETERNIDAD.
Somos un pueblo que camina,
que marcha por el mundo buscando otra ciudad;
somos errantes peregrinos
en busca de un destino, destino de unidad,
siempre seremos caminantes,
pues sólo caminando podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Sufren los hombres mis hermanos,
buscando entre las piedras la parte de su pan.
Sufren los hombres oprimidos,
los hombres que no tienen ni paz ni libertad.
Sufren los hombres mis hermanos,
más Tú vienes con ellos y en ti alcanzarán
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Danos valor siempre constante,
valor en las tristezas, valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra
que guíe nuestros pasos en este caminar.
Marcha, Señor, junto a nosotros,
pues sólo en tu presencia podremos alcanzar
otra ciudad que no se acaba,
sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Vienen con alegría
VIENEN CON ALEGRÍA, SEÑOR,
CANTANDO VIENEN CON ALEGRIA, SEÑOR,
LOS QUE CAMINAN POR LA VIDA, SEÑOR,
SEMBRANDO TU PAZ Y AMOR. / (2)
Vienen trayendo la esperanza
a un mundo cargado de ansiedad,
un mundo que busca y que no alcanza
caminos de amor y de amistad.
Vienen trayendo entre sus manos
esfuerzos de hermanos por la paz,
deseos de un mundo más humano
que nacen del bien y la verdad.
Cuando el odio y la violencia
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