Caracterizacion
Enviado por graciagomez • 1 de Septiembre de 2013 • 3.546 Palabras (15 Páginas) • 273 Visitas
Caracterización de Operaciones De Manufactura y su impacto en el diseño de un
sistema
Los sistemas de producción son sistemas que están estructurados a través de un
conjunto de actividades y procesos relacionados, necesarios para obtener bienes y
servicios de alto valor añadido para el cliente, con el empleo de los medios adecuados y
la utilización de los métodos más eficientes.
En las empresas, ya sean de servicio o de manufactura, estos sistemas representan las
configuraciones productivas adoptadas en torno al proceso de conversión y/o
transformación de unos inputs (materiales, humanos, financieros, informativos,
energéticos, etc.) en unos outputs (bienes y servicios) para satisfacer unas necesidades,
requerimientos y expectativas de los clientes, de la forma más racional y a la vez, más
competitiva posible.
Si se estudia el contexto empresarial, podrá encontrarse que existen distintos sistemas
de producción en las empresas manufactureras y de servicio, respondiendo como es
lógico, a características propias de sus procesos y funcionamiento. Así mismo, si se
revisa apropiadamente la literatura sobre Administración de la Producción y las
Operaciones, se encontrará con cierta diversidad de tipologías respecto a la forma de
clasificar las configuraciones productivas. Esto se debe, fundamentalmente, a la
variedad de enfoque con que los autores tratan estos temas en sus trabajos, que lejos de
clarificar añaden mayor complejidad a dicha problemática. La gran diversidad de
procesos existentes y los potenciales criterios de clasificación a considerar hacen que
sea difícil encontrar una clasificación exhaustiva que de manera única contemple cada
caso concreto.
Woodward (1965), fue probablemente el primer autor en tipificar los sistemas
productivos. Descubrió que las tecnologías de fabricación se podían encuadrar en tres
grandes categorías: producción artesanal o por unidad (producción discreta no-
repetitiva), producción mecanizada o masiva (producción discreta repetitiva), y la
producción de proceso continuo. Cada categoría incluye un método distinto de obtener
los productos, siendo las principales diferencias, el grado de estandarización y
automatización, tipo de proceso y la repetitividad de la producción. La tipología de
Woodward distingue entre fabricación unitaria, de pequeños lotes, de grandes lotes, la
producción en serie y aquellos procesos de transformación de flujo continuo. La
propuesta de Woodward ha marcado pautas en la comunidad de autores. Gousty y
Kieffer (1988), sobre la base de otros criterios, como complejidad e incertidumbre,
proponen una nueva tipología para los sistemas industriales, delimitando los principales
componentes que configuran la problemática de los sistemas de producción.
Hopeman (1991), Companys (1986), Díaz (1993) y Schroeder (1992), entre otros, optan
por diferenciar los sistemas de producción en dos grandes grupos básicos: sistemas
continuos e intermitentes. Otros, como Chase, Aquilano y Jacob (2000), Ochoa y Arana
(1996) y Heizer y Render (1997), prefieren clasificarlos en: repetitivos y no-repetitivos.
Los primeros, se refieren a la continuidad en sí del proceso de producción, y los
segundos, a la repetitividad o recurrencia del producto y su proceso. Monks (1992),
propone otra clasificación de sistemas de producción, identificando el sistema continuo
(operaciones de flujo), sistema intermitente (operaciones de flujo y por lotes), sistema
de trabajo interno (por lotes o trabajos únicos) y proyecto (trabajos únicos). Además,
este autor añade que los sistemas productivos son frecuentemente clasificados según
destino de la producción, ya sean fabricantes de bienes almacenables (tales como
equipos) o fabricantes de bienes por pedido. Otra clasificación muy común, se basa en
el sector de actividad, presentándose dos tipos extremos: sistemas de manufactura,
encargados de la fabricación y/o montaje de bienes materiales, y sistemas de prestación
de servicios.
Por su parte Womack, Jones y Roos (1991), y Doll y Vonderembse ( 1992), proponen
otra clasificación de los sistemas productivos: producción «craft» (craft system),
producción en masa (industrial system), y producción con mínimo desperdicio (post-
industrial system). Esta clasificación es adecuada para algunos propósitos, tal como
explicar las diferencias entre los nuevos sistemas de producción (sistemas de mínimo
desperdicio) y los tradicionales (Miltenburg, 1995). También resulta útil para reflejar la
evolución y los cambios de paradigmas ocurridos en fabricación desde el modelo inicial
de producción artesanal (craft model) hasta el modelo más actual denominado
producción ajustada (lean manufacturing).
Por su parte Gorostegui (1991), ofrece una clasificación que difiere de las anteriores,
clasificándolos según varias características propias, tales como: el destino del producto
(por encargo /para el mercado), la razón de producir (por órdenes /almacén), la
tipificación del producto (producción estándar /producción en serie) y la dimensión
temporal del producto (intermitente /continua). En esta misma línea, Acevedo (1987),
propone una clasificación sobre la base de una matriz morfológica que contempla la
clasificación del sistema de producción de acuerdo a tres características fundamentales:
relación producción-consumo, que considera la respuesta que debe dar el sistema hacia
el entorno, ya sea por entrega directa o contra almacén; forma en que se ejecuta la
producción; y elemento a optimizar. Al igual que Gorostegui, se combinan
características que se refieren a dimensiones externas e internas.
El problema fundamental de estas formas de clasificar el sistema de producción, radica
en que aunque son útiles desde el punto de vista de contextualización y caracterización
de las unidades de producción, no resultan muy útiles para la realización de análisis
competitivo y estratégico en fabricación, ya que, entre otras cosas, al ser demasiado
amplias y genéricas, no logran identificar una cantidad finita y discreta de opciones
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