Carta De Un Drogadicto Hacia Sus Padres
Enviado por Jesus_Villa • 11 de Marzo de 2014 • 3.322 Palabras (14 Páginas) • 315 Visitas
Carta De Un Drogadicto Hacia Sus Padres
Queridos padres:
Les escribo aquí, desde estas cuatro paredes blancas, desde esta sucia celda donde estoy pagando el precio de mi debilidad. ¿Saben… pensaba porqué… porqué llegar a este extremo, porqué robar, porqué matar? Solo para conseguir mí maldito veneno, esas malditas drogas que me están matando y que no las puedo dejar. Quisiera pedirles perdón… ¿pero porqué pedirles perdón? ¡Por favor! ¿Cómo quieren que yo les pida perdón a ustedes? A ustedes que jamás tuvieron tiempo para verme, tiempo para abrazarme, tiempo para preguntarme si estaba bien… no se… ¡Para decirme que me querían!, si por lo contrario, lo único que hicieron ustedes conmigo; fue golpearme, fue maltratarme… gracias a ustedes estoy aquí, gracias a su falta de amor, de cariño… estoy aquí siendo un maldito delincuente, un maldito asesino. ¿Y aun así quieren que les pida perdón?… yo no les voy a pedir perdón… y a ti menos que a nadie papá… a ti papá que me ves aquí encerrado y me llamas cobarde. Te paras enfrente de mi, ¿y que me dices? .- ¡Yo!, ¡Que me sobe el lomo trabajando por ti!, yo que te compre todo lo que tu querías, ¡Te lo di todo y mira! ¿Como me pagas?, ¡Eres un mal hijo… eres un cobarde! ¡Me avergüenza ser tu padre! ¡Ojala y te quedes aquí encerrado para siempre! Pero, que cínico eres papá… de verdad, que cínico eres. ¿Tú me llamas cobarde a mi?… por favor… ¡Tú! , tú que pocas veces te ví, siempre estabas borracho, siempre embriagándote en una maldita cantina. Ahí encerrado embruteciéndote con alcohol, como si te doliera la vida, bebías hasta que ya no podías mas te divertías con mujeres, gastándote en ellas el poco dinero que nos hacia falta para vivir, y ahora vienes aquí para llamarme cobarde. Dime papá aparte de tu cochino dinero, ¿Qué nos diste? Por necesidad y tu dinero nos hiciste vivir con miedo día con día con mucho miedo, con mucha angustia, con la angustia de verte llegar borracho con el miedo de no saber si ibas a llegar a golpearnos o no… ¡Siempre tomabas papá!… y no me digas que no te acuerdas, por favor… siempre llegabas a los dos o tres de la mañana y venias tan borracho que ni te podías mantener de pie. ¿Te acuerdas? ¡Ah, pero eso sí! El señor llegaba aventando todo, gritando y diciendo – ¿Qué… en esta maldita casa no hay nadie que me atienda? ¿Para eso trabajo todo el día? ¡Para que ni el Perro me salga a recibir? ¡Maldita sea!, ¡Quiero verlos a todos aquí y ahorita!. Y yo papá, te juro que te escuchaba llorar y comenzaba a temblar y a llorar, me dabas miedo papá, me provocaba terror escuchar tu voz, te juro que, que hasta me escondía debajo de mi cama para que no me vieras, para que no me fueras a pegar… Pero eso no servia de nada, ¡No!. Me acuerdo que llagabas enfurecido a la recamara y aventabas todo… me acuerdo que veías dormida a mamá y sin piedad la tomabas de los cabellos y la comenzabas a jalonear, la comenzabas a golpear… Recuerdo que mi madre espantada, te suplicaba y te decía. –Mi amor ya no me pegues, por favor, ya no me grites, los niños están durmiendo los vas a espantar, ¡Vámonos a dormir!… ¿pero no verdad?, ¡No!… ¿Cómo al macho de la casa le iban a decir lo que tenia que hacer?… ¡No!… Me acuerdo que en lugar de hacerle caso y aceptar que estabas mal, ¿Sabes que hacías papá?… la golpeas con mas furia, con mas rabia, le gritabas: -¡Tú, mujer!, ¡Tú…en esta casa no eres nadie! ¡Aquí estas de arrimada, de mantenida! ¡Yo te doy de tragar a ti y a tus hijos! ¿Y sabes que? A mi casa llego a la hora que quiera… y como quiera llegar, por eso mando aquí, por eso la mantengo.Y me acuerdo papá, que mientras tu la seguías golpeando, yo estaba viendo, y te juro que… me llenaba de rabia de furia y quería en ese momento tener le fuerza y el valor para enfrentarte, de golpearte y de matarte. Pero tenia ocho años papá… ¿Qué podía hacer contra ti? Y aun así me armaba de valor y corría a abrazarla para protegerla con mi cuerpo, para que me golpearas a mi y no a ella. Pero… ¡Sabes que?… créeme tus golpes no me dolían… deberás que no, lo que me dolía… era saber que la persona que mas quería, que mas respetaba y que mas admiraba… ¡Que mi propia padre!, nos estaba matando, eso me dolía… me dolía saber que tu no sabia pedir perdón.
Al día siguiente, ni siquiera te disculpabas con nosotros, nada mas sacabas tu cartera y nos decías, – Tengan cómprense lo que quieran- , guardabas silencio y te marchabas nuevamente. ¡Que pena papá!… ¿Tú creías que con tu dinero comprabas respeto y cariño?, recuerda que en lugar de darnos amor… nos diste dinero. Lo único que compraste fue lastima papá… ¡Me das Lastima!… ¡nos dabas lastima!… tu no eras hombre, eras un simple macho cobarde y egoísta, que solamente te sentías hombre cuando le pegabas a tu mujer y a tus hijos sabiendo que no podían defenderse… ¡Que cobarde eres papá!. ¿Qué te costaba dejar de tomar?… por nosotros papá… ¿Qué te costaba jugar conmigo?… y ahora dime… ¿Quién fue mas cobarde de los dos?, ¿Yo por salir a buscara en la calle todo lo que tu no me diste o tu que jamás me lo diste?… ¿Y sabes ahora viejo?… ¡Ya no te necesito mas!, ¡Ya no necesito de ti!… ¡Lárgate de mi vida!… Lárgate… ya no te quiero ver papá. ¿Por que me trataron así?… ¿Por qué?… si yo lo único que pedía era, era un poco de amor… de cariño… de comprensión… ¡Que me quisieran! ¿Y a cambio que me dieron?… siempre a diario, verlos pelearse por el maldito dinero… ¿Qué de veras no se daban cuenta?… no se daban cuenta que con sus peleas, lo único que hacían era quitarme las ilusiones de vivir… ¡Yo, ya no quiero vivir! ¡Todas las noches le suplico a dios que me quite la vida!… le reprocho
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