Carta De Una Mamá A Su Hijo
Enviado por chascona15 • 25 de Mayo de 2015 • 715 Palabras (3 Páginas) • 191 Visitas
CARTA DE UNA MAMA A SUS HIJOS
Por Isabel Allende
– Siempre que quieren hablar de madres en la televisión muestran mujeres con chicos en los brazos, sonrientes, dulces, cariñosas, sin una pizca de cansancio, espléndidamente maquilladas y a eso agregan maravillosas frases de posters.
¡¡¡Mentiras !!!
– Las mamás no somos abnegadas amantes del sacrifico y aguerridas guerreras que todo lo pueden.
– Las mamás lloramos abrazadas a la almohada cuando nadie nos ve, pedimos la epidural en el parto y maldecimos en 17 idiomas cuando tenemos que poner el despertador a las 2 de la mañana para ir a buscarlos a una fiesta.
– Cuando les decimos que no se peleen con ese compañerito que les dice ‘enano’ o ‘cuatro ojos’, y les damos
– Toda clase de explicaciones conciliatorias, en realidad querríamos tener el cogote del pequeño verdugo entre nuestras manos.
– Y también pensamos que la vieja de geografía es un mal bicho cuando les baja la nota porque no saben cuántos metros mide el Aconcagua que, al final, a quién cuernos le importa. Pero no lo podemos decir.
– No es que nos encante pasarnos horas en la cocina tratando de que el pescado no tenga gusto a pescado y disimulando las verduras en toda clase de brebajes, en lugar de tirar un Patty a la plancha….Es que tenemos miedo de que no crezcan como se debe.
– No es que nos preocupe realmente que se pongan o no un saquito…Es que tenemos miedo de que se enfermen.
– Porque ser mamá no tiene que ver con embarazos, pañales y sonrisas de aspirinetas.
– Tiene que ver con querer a alguien más que a una misma. Con ser capaz de cualquier cosa con tal de que ustedes no sufran. NADA, nunca, jamás.
– Ustedes nos hacen felices… cuando les encantan nuestras milanesas, cuando nos consideran sabias por contestar todas las preguntas de los concursos de la tele. Cuando vienen llorando a gritos porque se rasparon la rodilla y nos dan la posibilidad de darles consuelo y curitas.
– Cuando recién levantadas nos dicen, qué linda que estás, mamá.
– Ustedes nos hacen mejores.
– Nos dan ganas y fuerzas. Nos comeríamos un cocodrilo crudo antes de que les toque un dedito del pie.
– Nos lavamos la cara y salimos del baño con una sonrisa de oreja a oreja para hacerles saber que la vida es buena, aunque nos vaya como el reverendo…
– Cantamos las canciones de Chiquititas y vemos Barney y escuchamos a Los piojos y compramos Ambesol y repasamos 500 veces la tabla del 8 y arreglamos el carburador para llevar a los pibes a fútbol, a inglés, a dibujo, a la psicóloga, a básquet, a volley, a danzas, a la casa de la amiga, a la maestra particular, al dentista, al médico, a comprar un pantalón…- Y armamos 24 bolsitas con anillitos y pulseritas y tratamos de que la torta parezca un Pikachu y nos buscamos otro
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