Casa de muñecas.1879

CASA DE MUÑECAS.

Se acerca la navidad y Nora, en medio de recientes y dolorosos problemas, se prepara para celebrar tan hermosa fecha en compañía de sus tres hijos y su esposo Helmer;  por fin a esta familia la ha llegado la alegría, pues la enfermedad que durante un tiempo aquejo a su marido y conllevo a una dolorosa situación, ha sido finalmente superada.

Como si esto fuera poco, el banco en donde trabaja el señor Helmes, considerando sus grandes meritos lo han gratificado con un merecido ascenso a una mejor posición; de esta manera las fiestas navideñas prometen grandes satisfacciones a la familia.

Pero aunque Nora pretende alagar su espíritu ya que las cosas finalmente encontraron cauce adecuado y provechoso, una oscura sombra le impide ser feliz. Durante la enfermedad de su esposo, quien con  trabajo sostenía la familia Nora como cualquier mejer de esa época se dedicaba al oficio domestico, debido a lo que paso,  la estabilidad de la familia de vio afectada hasta el punto de llegar a estar en bancarrota, Helmer afligido por sus dolencias no había soportado la conciencia de las dificultades que su inactividad forzosa ocasionara a su mujer y sus hijos; Nora siempre tan amorosa y con mucho dolor decidió afrontar ella sola las dificultades del momento; Nora nunca pensó encontrarse con una dolorosa situación y pensando que sus manos inexpertas pudieran encontrar una solución, obligada por la angustia el deseo de remediar definitivamente sus problemas, opto por una solución desesperada.

Nora pensó que la única manera era obtener una cantidad suficiente de dinero el cual les permitiera apaciguar de alguna forma los problemas de su hogar mientras su esposo recuperaba la salud, era un “préstamo Bancario” pero las cosas no se le dio tan fácilmente como ella esperaba. Constancias, certificaciones, codeudores y tantas cosas necesarias para que el propio banco en donde trabaja su esposo le concediera un préstamo. Como conocía con detenimiento los usos y estilos de su parte, redacto una serie de documentos apropiados a su solicitud y los firmo falsificando su firma. La maniobra tuvo éxito, el esperado dinero llego en el momento que más  lo necesitaban  y sirvió de sostén para toda la familia hasta el momento de la recuperación de su esposo Helmer.

Nora tenía muy claro la acción  que había cometido y empleo todos sus esfuerzos para saldar la deuda sin que  su esposo se enterara; las cosas salieron muy bien y ya muy poco dinero faltaba para cancelar, más un inesperado problema la poso en graves problemas.

El funcionario que tuvo a su cargo la tramitación del préstamo no había ignorado la maña que tuvo la mujer y como conociera el importante lugar en el que Helmer estaba en el banco, Krogstad que tal era su nombre quiso chantajear a Nora a fin de conseguir un aumento y otras retribuciones.

Ante tan grandes amenazas de escándalo, Nora vence el miedo y con la esperanza de hallar su esposo la comprensión y el apoyo decide contarle todo; pero contra su expectativas a Helmer solo le interesa las amenazas a su prestigio y reprocha las acciones de su esposa.

Sin embargo las cosas no llegan a mayores extremos, pues Krogstad desiste de sus aspiraciones y entrega a los esposos el peligroso documento. Helmer feliz con el devolvimiento del documento quiere enterrar en el olvido lo pasado. Pero  en el espíritu de Nora ya el daño estaba hecho. El descontento se apodera del ánimo de la mujer, a sus ojos el comportamiento injustificado de su esposo manifiesta una dureza y mezquinidad insoportable, para ella eso no era una barrera para seguir queriéndolo y protegiéndolo, en cambio las opiniones de los otros tienen toda la importancia del mundo, Nora defraudada y herida decide  marcharse del lado de su esposo.

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