Cien años

ARGUMENTO DE LA OBRA

La obra comienza con la visita del viejo Céfaro, Elena Cunha y el Mack Amargo al narrador, quien sin ninguna explicación de sus visitantes tiene que escucharlos contarle sus desventuras. Durante su juventud, Céfaro, producto de su pésimo matrimonio se enroló en el negocio de los burdeles, haciéndolo un hombre poderoso y respetado en el país, provocando así, la destrucción de su familia; su hija y nieta lo abandonaron para irse a Europa. Decepcionado por su situación familiar, Céfaro perdió todo, producto del engaño de Crispín (mayordomo), quien se apoderó de todo los bienes del viejo.

A raíz del levantamiento nazi en Europa y aturdida por la violenta muerte de su novio Ninski, Elena Cunha regresa a Panamá a serle compañía a su abuelo Céfaro, quien únicamente poseía un pequeño apartamento en su antigua casa. Crispín sorprendido por la belleza de la recién llegada comienza a cortejarla, medio por el cual Elena decide cobrar venganza; se casaron después de un corto tiempo, con la condición de que se le regresara la casa a Céfaro.

El matrimonio nunca pudo consumarse, pues Crispín intimidado por la belleza y carácter de Elena era incapaz tan siquiera de tocarla, haciendo que éste se desahogara con mujeres de sus burdeles. Sin embargo, fue hasta que Crispín se diera cuenta de lo que sufría Elena que todo cambiara; cada noche de luna llena, Elena caía en una especie de hechizo lunar, que le hacía desnudarse en el jardín y tocar apasionadamente su violín recordando a Ninski. Aprovechándose del hechizo, fue así que Crispín tuvo el primero de muchos encuentros íntimos en el jardín bajo la luz de la luna llena con su esposa.

Después de darse cuenta de su mal, Elena buscó ayuda con un doctor extranjero, de quien se terminó enamorando, y después de un corto amorío el hipnotismo lunar fue historia. Después de la partida del médico, Elena se dio cuenta de que estaba en cinta, desesperada por la noticia y con el deseo de tener al bebé recurrió a fin

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