Circe, un reto más para Ulises y Penélope

Circe, un reto más para Ulises y Penélope

La odisea se escribe en el sigo VIII, se le atribuye su autoría al poeta griego Homero con 24 cantos. Narra la vuelta a casa del héroe Ulises, uno de los héroes griegos más famosos, tras la guerra de Troya.

En su camino regreso a casa se topa con brujas, cíclopes, dioses furiosos y mucho más, uno de estos obstáculos fue Circe.

Todo comienza cuando Ulises se encuentra navegando en los mares del Egeo y llega junto con sus hombres a la Isla de Ea, después de estar en el país de los lestrigones. Al llegar manda a sus hombres a observar la Isla al mando de Euríloco, estos al ver un palacio brillante, en el cual vive Circe, deciden acercarse. Era una mansión de piedra en medio de un bosque, rodeada de animales salvajes, que no eran peligrosos ya que eran solamente sus víctimas transformados. Esta ninfa al ver a los griegos los recibe amablemente y los invita a un banquete. Mientras tanto Euríloco está afuera haciendo guardia y es testigo del momento cuando Circe los toca con una varita y los convierte dependiendo de la naturaleza de cada hombre en diversos animales como leones, cerdos y perros.

Una vez que ya había convertido a los hombres en animales, decide encerrarlos en un establo. Euríloco asustado decide irle a avisar a Ulises lo que sucede con sus hombres. Mientras Ulises estaba en busca de un plan para rescatarlos, se le aparece Hermes (mensajero de los dioses) y le da una planta para vencer la magia de Circe. Esta planta llamada molly la debía agregar a cualquier brebaje que ella le dé y tomársela, así estaría a salvo. Gracias a esto Ulises se presenta con Circe y al igual que a sus hombres le ofrece beber, Ulises toma de su brebaje pero antes le agrega esta planta, así cuando Circe trata de convertirlo en algún animal, no puede. La ninfa no comprendía cómo su magia no funcionó y se preguntó si era el Ulises que el dios Hermes le profetizó en el pasado. Ulises saca su espada y la hace jurar que no lo va a atacar y que debe liberar a sus hombres, Circe acepta la propuesta a cambio de que Ulises se quede en su palacio.

“Me tiene suspensa que hayas bebido estas drogas sin quedar encantado, pues ningún otro pudo resistirlas, tan luego como las tomó y pasaron el cerco de sus dientes”. (Homero 1996, pág. 96)

La leyenda cuenta que Circe se enamora profundamente de Ulises, según Hesiodo tuvieron tres hijos: Agrio, Latino y Telégono.

El comportamiento de Circe es algo muy interesante, ya que al ella sentirse humillada y no poder haber utilizado sus brebajes (drogas), acude a la componente sexual de su naturaleza, para así poder mostrar superioridad a Ulises ya que desnudo y sin espada ella daba las órdenes. Sin embargo Ulises nunca dejó de amar y de pensar en su esposa Pénelope, sin importar que estaba con Circe, nunca la “engañó sentimentalmente”.

Al igual que Ulises, Penélope sin saber lo que había pasado con su esposo, si estaba muerto, perdido o con otra mujer, seguía negada a casarse con algún pretendiente, su amor no pertenecía a nadie que no fuera Ulises. Para que los pretendientes no la presionen más, decide llegar a un trato con ellos, el cual consistía en que escogería al nuevo rey cuando acabara de tejer un sudario (pieza con la que se envuelve a un cadáver). Muy inteligentemente Penélope deshace cada noche lo que había tejido para así nunca terminar y no tener que pertenecer a otro hombre.

Después de un año en el que Ulises vivió con Circe, llega el momento en el que se apresuran para reemprender el camino de vuelta a casa y sorprendentemente Circe no trató de detenerlos, al contrario le revela a Ulises cómo encontrar el mundo subterráneo al espíritu del adivino tebano Tiresias, el que le puede mostrar el camino de regreso a casa. Sabemos que Circe tenía poderes proféticos y le enseña los rituales que debe de hacer para lograr entrar en el mundo de los muertos.

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