Civilizacion Y Barbarie

La dicotomía, “civilización y barbarie” se ha utilizado por muchos ensayistas al trascurrir los años para interpretar la historia de Latinoamérica. En el ensayo, El Matadero por el argentino, Esteban Echeverría, el autor utiliza esta dicotomía para comunicar sus pensamientos de la situación en la Argentina en la época de la dictadura de Juan Manuel de Rosas. En su ensayo, Echeverría retrata a los federales, los que estaban a favor de un gobierno que permitiera la autonomía provincial y quienes apoyaban a Rosas y a la iglesia católica, como bárbaros por la brutalidad y los actos violentos que cometían en el matadero que incluían la tortura de un joven unitario. Durante el trascurso de la trama, muere un niño después haber sido atropellado por un toro que se había escapado un toro del matadero. Los federales se preocupaban más por perder el toro que por perder la vida del niño y por eso son vistos como bárbaros. Al contrario, los unitarios, los que favorecían un gobierno centralizado en Buenos Aires y la educación laica, fueron retratados como los civilizados en esta obra. Él joven unitario quien es torturado termina siendo la figura heroica por haberse enfrentado con los federales con valor y por haberse mantenido fiel y leal a sus creencias a pesar de la tortura.

En el ensayo, Facundo, por Domingo Faustino Sarmiento, el autor también pinta la historia de la Argentina a través de esta misma dicotomía de “civilización y barbarie”. Su ensayo es reacción a la dictadura de Rosas quien es el más caudillo de todos los caudillos y quien, desde el punto de vista de Sarmiento lleva a cabo un régimen brutal y miope con respecto al futuro del país. Él pinta el gobierno de déspotas como Rosas como mantenimiento de la barbarie y esclavitud del país mientras describe los gobiernos de los jefes regulares (como él autor mismo) como fuentes de la libertad. El autor habla mucho de la diversidad geográfica del país y señala el área de las pampas como desierto cultural de donde vienen los gauchos. En su retrato, ellos ejemplifican la falta de civilización y educación y personifican la barbarie, pasando la mayoría de su tiempo en las pulperías. Al contrario, la ciudad, específicamente la de Buenos Aires, se retrata como influencia civilizadora por ser fuente de educación y cultura y puerta al norte de Europa. Sarmiento presenta el norte de Europa, países como Inglaterra y Francia, como fuente del progreso mientras pinta España como fuente de las ideas conservadoras y tradicionales del pasado. Además, el autor contrasta dos ciudades argentinas (entre otras) como centros de los dos extremos del país. Buenos Aires, la fuente de todo lo europeo, el progreso y la educación se pinta como centro de la civilización argentina mientras Córdoba, una ciudad más conservadora que se mantiene fiel a las tradiciones de la iglesia se pinta más como fuente de la barbarie.

Para José Martí, en su ensayo que se titula Nuestra América, siguen presentes las ideas de “civilización y barbarie” pero se evolucionan bastante. Martí teme que los latinoamericanos sean ignorantes de la realidad eminente que incluye la invasión de los Estado Unidos del norte.

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