Desde Civilización Y Barbarie
Enviado por rociorocio • 22 de Agosto de 2012 • 1.888 Palabras (8 Páginas) • 2.840 Visitas
Comenzaré por la generación del 37, un grupo de intelectuales que surgió en Argentina marcado por un fuerte descontento con el gobierno que comandaba el país en ese momento, solo 20 años más tarde de la liberación de la Nación de los colonos españoles. Una de sus mayores incertidumbres, el llamado enigma argentino, es cómo y por qué de una revolución de libertad, de un movimiento revolucionario hacia la razón, puede haber asumido el poder un déspota como Rosas.
F. Sarmiento, quien formaba parte de la generación del 37, nos habla en su libro El Facundo, de la diferenciación entre dos grupos sociales “civilización” y “barbarie”.
Marcado por un fuerte acento romántico tanto filosófica como estéticamente en sus medios de acción y otro Iluminista en su política de fines, que había tomado del continente Europeo, Sarmiento hace su enfoque comparando y contrastando aquella Europa civilizada y vieja y esta América naciente que recién estaba empezando a constituirse.
El romanticismo es una corriente Europea que surge en contra del Iluminismo. El iluminismo fue un movimiento que pretendía llevar la razón al poder sobre todas las cosas pero no hizo más que sembrar terror y desconcierto a la civilización europea. Por otra parte, el romanticismo era un movimiento que llevaba adelante la idea de que todos somos diferentes, la subjetividad y el irracionalismo eran las guías de esta corriente, de uno de los precursores de este movimiento surge la frase: “El hombre que medita es un animal despiadado”, haciendo alusión a que no solo hay que pensar, sino que es mejor ser más simple.
Volviendo un poco, diremos que “civilización y barbarie” son las dos caras de una misma moneda, el hombre que según Sarmiento seguido por una serie de atributos marcados fuertemente por el medio en el que habitaba podía ser una u otra de las caras de esa moneda.
Un fuerte rasgo que marcaba al hombre bárbaro era la extensión del terreno en el que habitaba, y las características que este tenia. Así, el desierto de la Pampa era uno de los lugares por excelencia donde se formaba este tipo de personaje, teniendo en cuenta que también existían a lo largo y ancho de la Argentina otros sitios donde también podían desarrollarse pero Sarmiento se centro de manera punzante en este. Ya descubriremos más adelante porque según Jauretche porqué tanto empeño en liberar la Pampa de los bárbaros.
Tanto por su enorme extensión y por su fisionomía desértica; este lugar proporcionaba al hombre características salvajes, donde las personas que lo habitaban se encontraban a leguas de distancias uno de los otros, y el único lugar de reunión común se daba en espacios temporales no óptimos para general relaciones entre las personas, sino más bien, para marcar las diferencias y territorialidades que cada uno presentaba.
La ganadería era la práctica de los bárbaros, donde para mantener en orden un ganado no hacían falta más de dos personas, considerando que uno solo también podía hacerlo, trabajo tan simple, según Sarmiento como acarreo de ganado y su cuidado. Con esto aclaramos que bastas leguas de territorio eran solo habitadas por muchas cabezas de ganado y poca gente.
Estas condiciones salvajes de vida, sin mucha interacción con otras personas y bastos escenarios geográficos daban el temple apropiado para que se desarrollara allí la clase bárbara de la que nos habla Sarmiento. La falta de educación, el alma salvaje de estos personajes hacia que se siguieran por sus pasiones e instintos, sin contar con la razón como principio de sus causas.
Además de los espacios geográficos, nos da una serie de diferencias entre la barbarie y la civilización, que me limitare a decir que todo lo autóctono era bárbaro y todo lo extranjero, europeo, era civilizado.
Jauretche considera como zonceras a las explicaciones sarmientinas, apoyando este termino en el de sofismas, al los que describe como principios generales con pinta de axiomas, de algo indudable, cuya fuerza no es argumentativa sino que impiden el razonamiento. La aplicación del buen sentido se ve impedida por estas zonceras.
Jauretche, también aclara que estas zonceras que impiden ver la realidad nacional de otra manera, dicho de cierto modo, están respaldadas bajo un principio de autoridad, en este caso de algún prócer de la historia argentina. La zoncera es viable si no se la cuestiona, aclara.
Atribuye a Sarmiento el lugar de uno de los más grandes prosistas. Narrador extraordinario. Y dice que sus ideas tanto novelísticas como en sus roles económicos, políticos, culturales y sociales son también obras de imaginación más que de estudio y meditación.
Volviendo, con respecto a sus ideas acerca de la civilización y barbarie, Jauretche nos dice que esta es la zoncera que las parió a todas las demás.
Sarmiento insistía en un intento por desnacionalizar, su propuesta no se basaba en enriquecer y hacer crecer de manera positiva lo que existía en nuestros territorios, sino que su afán por Europa era tal que lo que el pretendía era hacer Europa en America y no enriquecer America con aportes europeos. Su terrible descontento con la cultura que estaba impregnada en Argentina era tan grande que se llego a la conclusión de que todo hecho propio por serlo era bárbaro y todo hecho extranjero por serlo era civilizado.
También un aporte de C. P. Mastrorilli, nos habla de un mesianismo invertido, retomando esto de que lo autóctono era negativo y lo ajeno positivo. Nos dice que el mesianismo impone civilizar y la ideología nos da el cómo, y ambos coinciden en excluir toda solución surgida de la naturaleza de las cosas, bloqueando de esta manera el buen sentido y no ver lo que hay para poder apoyarse en ello para mejorar y crecer. En fin, lo que Sarmiento quería hacer era transplantar
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