Comentario Andrés Caicedo – Destinos fatales
Enviado por julianaiphu • 15 de Marzo de 2022 • Informe • 525 Palabras (3 Páginas) • 333 Visitas
Comentario
Andrés Caicedo – Destinos fatales
Andrés Caicedo retoma la narrativa maldita, mezclada con ficción. Su carácter melancólico y pesimista lo hizo refugiarse en el arte, para buscar trascender o hacer atractivo su mundo a través de sus obras.
Caicedo intenta impregnar sus escritos de su vida. Escribió novelas y cuentos donde adhería personajes ficticios a lugares por los que él caminaba. En este cuento en particular parece que, lo que hizo fue personificarse en el “hombrecito” que le encanta el cine y las obras de teatro. Digo personificarse porque Caicedo fundó un cine club con unos amigos.
Encontramos que el cuento está escrito en tercera persona del singular, y que es contado como recuerdo o, como la experiencia de un hombrecito que crea un cine club. En el cuento no haya más que actos, porque la historia se desenvuelve a través de un personaje “el hombrecito”, y bueno, el público, que cada vez es menos.
“El 25 de septiembre de 1971” es el año en el que Caicedo publica un guion llamado “angelita y miguel ángel”, y esta fecha al ser mencionada en el cuento, nos da señales de la procedencia imaginaria del cuento. Quizá él adecuó un cuento a un hecho de su vida, o de la presentación de varias de sus obras en el cine club.
Su escritura y su descriptibilidad ahonda en la coloquialidad caleña. Dejando al lector un marasmo de palabras que narran rápidamente, que son certeras, que van a lo que se quiere decir, sin enrollar la historia en tanta metáfora. Aunque su estilo literario sintácticamente este bien configurado, y está haciendo uso de su bagaje literario, también desarrolla en sus obras un estilo muy urbano, muy adherido a la cultura lingüística-juvenil del siglo XX.
Lo que me gusta de Caicedo es su intento por convertir la realidad en otra. El arte y la literatura resultan siendo lo utópico, lo soñado. El artista debe salirse de su realidad e insertarse en otra, para encontrar el mundo más ameno.
Me gustó el frenesí que me produjo leer “¡que viva la música!”. Porque Caicedo me brindo la sensación de una juventud llena de música, de noche, de desazón. Es como habitar el mismo frenesí narrativo de “opio en las nubes”. Pues, ambas novelas están ubicadas en la ciudad de procedencia del autor, y se les ha añadido un aspecto juvenil, melancólico, lleno de drogas y calles colombianas.
Por las obras de Caicedo han quedado vivas algunas memorias de Colombia en el siglo XX. De alguna forma, la literatura permite retratar la época en la que Colombia tenía mayor narcotráfico a nivel mundial. La Juventud estaba perdida, les habían vendido la idea de equidad y de educación cuando no había decretos que sustentaran esas promesas. Por eso era tan importante entrar en la cotidianidad de las calles, de las gentes, para examinar a Colombia desde cerca.
...