Conejito Verde

Hace mucho tiempo había tres Príncipes que fueron convertidos en conejos de colores por desobedecer a su Padre el Rey. Los condenó a no salir del castillo y solo convertirse en humanos al anochecer.

Un día los conejitos escaparon a jugar en el campo. Y el conejito verde, el más travieso de ellos, llegó a un palacio donde se encontró con una hermosa princesa, de la cual se enamoró al instante. El Príncipe prometió volver y casarse con ella, al terminar su castigo. Pero cuando el Rey descubrió sus planes les impuso una serie de pruebas para permitir su matrimonio: -Tú, hijo mío extenderás el castigo siete años más, y tú mi niña, deberás llenar siete garrafones de lágrimas y gastar siete pares de zapatos de fierro-.

Así la joven Princesa partió llorando y caminando con sus zapatos de fierro. Fue tan lejos para acabar con ellos, que al encontrarse frente a la casa de la Sra. Luna le pidió posada, mientras le platicaba su historia. Entonces el Sr. Viento, entró muerto de risa diciendo que había desbaratado los preparativos de la boda del Conejito verde.

La Princesa entristeció profundamente, pues su amado estaba por casarse y no era con ella, así que el Sr. Viento la alzó en un torbellino que la llevó frente hasta el Palacio del Conejito verde, quien seguía negándose a casarse con la mujer impuesta por su Padre, diciendo que la Princesa regresaría habiendo cumplido sus pruebas. En seguida la Princesa entró al salón y mostró al Rey los siete garrafones de lágrimas y todos los zapatos de fierro gastados.

Fue así que el Rey no tuvo más opción que cumplir su palabra y dejar que ellos se casaran y fueran felices por siempre.

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