Contenido del libro
Enviado por scott • 4 de Octubre de 2012 • Resumen • 641 Palabras (3 Páginas) • 451 Visitas
Quienes acostumbren a leer nuestras reseñas ya sabrán del incondicional aprecio que tenemos por Benito Pérez Galdós, el garbancero más ilustre de nuestra literatura y, en mi humilde opinión, el mejor escritor español de todos los tiempos. Quizá El doctor Centeno no se cuente entre sus novelas más redondas —técnicamente hablando—, pero sí que refleja muy bien el tipo de literatura que don Benito practicaba y los personajes en los que fijaba su perspicaz y sabia mirada. La trama del libro es un tanto inconexa y el fondo narrativo no está tan planeado como en otras de sus obras; sin embargo, la humanidad de sus protagonistas principales hace que esa traba constructiva quede olvidada cuando nos sumergimos en una historia que llega a lo más hondo con unos mimbres básicos y sencillos.
Felipe Centeno llega a Madrid con la esperanza de hacerse un hombre de provecho. En sus correrías se topa un día con Alejandro Miquis, un joven estudiante con ínfulas de autor teatral que pronto le coge cariño. Gracias a su recomendación, el rapaz entra a servir en la casa de Pedro Polo, un sacerdote (que más tarde protagonizaría Tormento) que imparte clases; sin embargo, el duro carácter del clérigo pronto hará que Felipe, conocido como “el doctor” por su intención de instruirse, se marche de su casa. Miquis aparecerá de nuevo para convertirse en su salvador y le acogerá como sirviente. Ambos padecerán la falta de previsión del estudiante, joven lleno de sueños y esperanzas, pero con muy poco seso para todo lo terrenal. Tanto es así que el destino de los protagonistas irá tornándose más y más oscuro a medida que Alejandro olvida sus obligaciones de estudiante y se centra en la escritura de sus dramas…
El doctor Centeno, como decía, no es una de las mejores novelas de Galdós en lo que a estructura narrativa se refiere: el cambio que se establece entre una primera parte en la que Felipe sirve en casa de Pedro Polo y una segunda en la que convive con Alejandro Miquis, es brusco y sin transición; aunque el hilo conductor debiera ser el propio Felipe, en multitud de ocasiones la historia se desvía hacia otros lares, descuidando su retrato. De hecho, y aunque el propio título de la obra le ponga en un papel principal, el joven Centeno dista mucho de ser el epicentro del texto: no sólo Miquis le destrona como eje del relato, sino que otros personajes, como Pedro Polo, aportan muchas veces un contenido dramático mucho más enjundioso que el joven.
Con todo y con eso, la novela respira una humanidad sorprendente. Es cierto que la trama es inconexa, pero la vida que se trasluce en cada diálogo, en cada gesto, en cada situación, es difícil de comunicar sin haberse sumergido en su lectura. Galdós tenía una sensibilidad muy particular para mostrar la debilidad humana, y en esta ocasión tenemos ante nosotros a todo un conjunto de seres caídos en desgracia por una u otra causa:
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