Control Frankenstein

Control Frankenstein

        El rol de la naturaleza y el paisaje en la obra la podemos interpretar en un sentido más bien metafórico, sentimental y/o interno de los personajes, ya sea Víctor Frankenstein, la criatura y Henry Clerval. Por un lado, la naturaleza viene muy de la mano con la creación del monstruo y el cómo esta es creada en base a experimentar con lo natural del ser humano, y que tan innatural es el nacimiento de este ser. Y, por otro lado, los paisajes naturales que nos describen mediante avanza la obra y los viajes, podemos ver que estos cargan con un sentimentalismo o el cómo estos se observan en ojos de los personajes con distintas emociones.

        Los paisajes para Frankenstein suelen ser espacios para reflexionar, desconectar de lo que había ocasionado al crear a su criatura, estar consigo mismo, conectar con sus sentimientos y sus desgracias. Y a pesar del buen clima o el paisaje que se presentara a sus ojos no lo lograba sacar de su intento de huida del pasado que le acechaba. La naturaleza sólo le evocaba pensamientos sombríos ya que él mismo había jugado con la misma y estaba sufriendo las consecuencias de sus actos: “Buscaba refugio en la más absoluta soledad. Me pasaba días enteros en el lago […]. Pero el aire puro y el sol brillante apenas me devolvían parte de la compostura.” (p.147). Todo lo contrario, a su amigo Clerval, que en su viaje a Inglaterra paraba a contemplar fascinado cada uno de los ríos, lagos, océanos, montañas, glaciares, bosques que se le presentaran, según Víctor era un ser educado en la “verdadera poesía de la naturaleza” (p.153), sentía gran pasión por estos paisajes, contrario a su mejor amigo científico, él era curioso, veía la pureza, la felicidad, lo bueno de lo natural, podríamos decir incluso ciego a la verdad sombría que es lo que visualizaba Frankenstein, el mal de la naturaleza, es decir, su criatura. En cambio, la criatura veía estos paisajes como lo son, su único hogar, su vía de supervivencia ante la naturaleza humana, una fuente de alimento y a la vez, otra fuente de sufrimiento ante las heladas brisas y la escases de comida.

        Las diferencias que radican entre los paisajes suizos y escoceses son las siguientes; según la descripción de Henry, Suiza cuenta con unas montañas más majestuosas y extrañas que su país de origen, y el río con un encanto divino incomparable con ningún otro. Un lugar con espíritus llenos de armonía en su alma (p.152-153). En cambio, en Escocia es donde Víctor instala su nuevo laboratorio para dar vida a la pareja de la criatura, donde era sólo una roca con grandes acantilados, un lugar bastante sombrío como la cabeza del científico en esos instantes.

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