Corporativismo en México
Enviado por david_cruz69 • 1 de Octubre de 2014 • 753 Palabras (4 Páginas) • 255 Visitas
Corporativismo en México
El corporativismo mexicano ha sido definido por Philipe C. Schmitter como “un sistema de representación de intereses en el cual las unidades constitutivas se organizan en un limitado número de categorías singulares, compulsorias, no concurrentes, ordenadas jerárquicamente y diferenciadas funcionalmente, reconocidas y autorizadas (si no es que creadas) por el Estado, y a las que se les concede un exclusivo monopolio de la representación dentro de sus respectivas categorías, a cambio de observar ciertos controles en la selección de sus líderes y en la articulación de sus demandas y apoyos” (Véase Schmitter, en Alcántara Ocampo, R., coomp., Teoría del Corporativismo. Ensayos de Philipe C. Schmitter, ed. de la Universidad de Guadalajara, col. Laberintos, de Cristal, -Guadalajara, Jalisco 1992, p. 46).
No obstante lo dicho por Schmitter, hay que considerar las trasformaciones de la economía en México y la mayor parte de los países del mundo capitalista. Estos factores han debilitado sustancialmente la fuerza, el poder, de las organizaciones corporativas como la CTM que durante muchas décadas fue pilar de la estructura y el poder del PRI. La fuerza del corporativismo ha sido menguada, además, por el inusitado crecimiento de la economía informal y por el desempleo.
Las organizaciones sindicales sólo han sido capaces de organizar a los trabajadores, pero nunca le vieron futuro a la organización de los desempleados. Ello es entendible si tomamos en cuenta que los dirigentes sindicales no trabajan gratis. Reciben muy jugosas ganancias de la administración de las cuotas de sus agremiados. Lo hacen con total opacidad y sin rendir cuentas reales del manejo de los recursos. Ejecutan la representación de sus agremiados de forma oligárquica, sin democracia y perpetuándose en la dirección de sus organizaciones hasta que fallecen. Por si eso no fuera suficiente, lo hacen con el consentimiento del gobierno en turno, el cual, se administra el derecho de otorgar o negar el registro legal de las dirigencias sindicales mediante un formulismo que se conoce como “toma de nota”.
Lo raro de los sindicatos y sus dirigencias es que todos, o casi todos, han hecho caso omiso -o de plano son muy ignorantes e insensibles- en lo que respecta a la defensa de un salario mínimo general que en teoría se supone debería ser “suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social, cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”.
El movimiento obrero sindical en México ha sido omiso, oscuro y “pro gobierno”. Jamás se ha ocupado de reivindicar banderas de lucha en favor de los trabajadores. Ha sido “disciplinado” porque cuando algún dirigente intentó en el pasado brincarse las trancas -sin permiso del gobierno- le aplicaron todo el rigor de la ley ante cualquier forma de acción positiva para sus agremiados
...