Crónica Final De La Decena Trágica
Enviado por kika73 • 18 de Julio de 2013 • 1.846 Palabras (8 Páginas) • 469 Visitas
Unidad 2. El proceso de escritura: Géneros Narrativos
Actividad 5. Crónica
LA DECENA TRÁGICA
Ericka Adela Calderón Araoz
Grupo 30813
El tema La decena trágica me interesa porque se trata de los antepasados de mi País. Es importante para mí contar esto debido a que estoy interesada que las personas estén enteradas como yo y así aprender de nuestros antepasados.
Hace unas horas 9 de febrero de 1913 en la Ciudad de México, La sublevación inició la madrugada del domingo 9 de febrero en la ciudad de México, cuando los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz levantaron en armas a un grupo de cadetes de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan así como a la tropa del cuartel de Tacubaya. Sus objetivos eran el Palacio Nacional, para capturar al secretario de Guerra Ángel García Peña; la prisión de Santiago Tlatelolco, para liberar al general Bernardo Reyes; y la prisión de Lecumberri, para liberar al general Félix Díaz.
Un grupo de vanguardia de la Escuela de Aspirantes logró tomar el control de Palacio Nacional haciendo prisioneros a García Peña, Gustavo quien había pasado la noche investigando los movimientos de la conspiración y ya había puesto al tanto de los hechos al presidente, gracias a la pronta reacción del general Lauro Villar, fiel al gobierno de Madero, el Palacio fue recuperado.
El grueso de la columna de rebeldes fue encabezado por Bernardo Reyes,
El general Lauro Villar encargado de la defensa salió al encuentro y frente a la presencia de una multitud de curiosos solicitó tres veces a Reyes que depusiera las armas, por su parte éste intentó convencerlo para que se uniera al movimiento golpista. Debido a la negativa de Villar, Reyes intentó irse encima de él en su cabalgadura, lo que desató una profusión de disparos. Reyes fue de los primeros en morir acribillado, mientras que Lauro Villar salió herido en el hombro izquierdo. Los leales tuvieron 43 bajas y los rebeldes aproximadamente 115. Hubo 805 víctimas en total, la mayor parte civiles.
Madero que se encontraba en el Castillo de Chapultepec había sido informado por teléfono de lo sucedido, alrededor de las 7:00 a. m. García Peña le rindió personalmente los informes de la recuperación del Palacio, por lo que el presidente salió rumbo al Palacio Nacional, custodiado por cadetes del Colegio Militar y gendarmes de la capital que habían sido congregados para su defensa por el licenciado Federico González Garza gobernador del Distrito Federal, acompañado por miembros de su gabinete y amigos, en lo que se denominó la “Marcha de la Lealtad”.
El presidente Madero fue alcanzado por su hermano Gustavo, quien le informó del fracaso de la segunda intentona. Asimismo, el general Victoriano Huerta, que había sido avisado de los acontecimientos llegó al lugar. Al llegar a Palacio el presidente estructuró la defensa, mandó llamar a los cuerpos militares, de Tlalpan, San Juan Teotihuacan, Chalco y Toluca. Se envió a La Ciudadela a un grupo de guardias presidenciales al mando del mayor Emiliano López Figueroa para que pidieran la rendición de los rebeldes, pero este movimiento fue inútil.
A las 3:00 p. m., Madero decidió trasladarse a Cuernavaca para pedir personalmente ayuda al general Felipe Ángeles, militar de su confianza que se encontraba combatiendo con sus tropas a Emiliano Zapata.
Después La Ciudadela se mantuvo en calma, los rebeldes ganaron la simpatía de la clase alta, señoras y señoritas de reconocidas familias repartieron cigarros y golosinas a los sublevados.
Al siguiente día en la mañana del 10 de febrero Madero y Ángeles llegaron a la capital por el rumbo de Xochimilco y Tepepan, fueron recibidos por el ministro de Guerra Ángel García Peña. A pesar de la insistencia del presidente para nombrar a Ángeles como jefe de la plaza, el ministro ignoró la petición y decidió respetar el escalafón militar manteniendo a Huerta en el mando. El número de leales aumentó, las tropas de Cuernavaca llegaron por la tarde a la capital, asimismo cuatro regimientos de Celaya y Teotihuacán, y las tropas de Querétaro al mando de Guillermo Rubio Navarrete. En total se contaba con seis mil hombres. Desde Toluca llegó un telegrama muy urgente:
(Que decía: Cuartel General de Toluca, 10 de febrero de 1913.
He sabido que en México se dice que he defeccionado. Protesto enérgicamente contra esa falsa versión, y ruego a usted que esta mi protesta se haga pública. Respetuosamente.)
Más tarde, El 11 de febrero, a las 10:30 a. m., comenzaron las acciones bélicas. Huerta ordenó el ataque de artillería, pero solo le proporcionó a Ángeles obuses de metralla que no hacían ningún daño a La Ciudadela. Siguiendo el plan acordado, las cuatro columnas de leales realizaron un avance frontal siendo blanco directo de los rebeldes. De acuerdo con Urquizo, quien fue testigo de los acontecimientos, lo que dijo "sólo siendo muy animal se podía creer que pudiera tomarse una fortaleza montados a caballo y caminando por un lugar barrido por las ametralladoras". Las calles quedaron llenas de cadáveres de hombres y caballos, ese día hubo más de quinientos muertos y heridos. El Reloj Chino ubicado en la glorieta de Bucareli y Atenas, que había sido obsequiado por ese gobierno con motivo de las celebraciones del centenario de la Independencia de Méxcio, fue completamente destrozado con el ataque.
El 12 de febrero, el fuego de artillería comenzó a las 6:00 a. m., los golpistas dirigieron sus disparos a la cárcel de Belén provocando un motín y un intento de fuga masiva. Varios de los prófugos se unieron al alzamiento. La táctica de la tropa felicista consistió en disparar gran parte de las granadas almacenadas, al parecer con la finaldad de producir un efecto propagandístico para atraer la atención y posible intervención estadounidense.
El 13
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