El Final Del Juego
Enviado por rebecalzones • 11 de Julio de 2011 • 839 Palabras (4 Páginas) • 1.339 Visitas
C.G. Jung. 2002. Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia
En esta obra, Jung, pretende explicar a la psique como parte del ser humano mediante ejemplos de las manifestaciones de ésta en el arte y en la ciencia. Para lograrlo, expone el pensamiento científico, sobre este tema particular, de Paracelso, Freud y Wilhem; más adelante escribe sobre la relación de la psicología con el arte (más específico con la poesía) y acaba analizando la obra de Joyce y al artista Picasso.
Usa las teorías de Freud para contrastar su propia idea del inconsciente. A diferencia de este, Jung rechaza el inconsciente como recuerdos reprimidos y traumáticos, y lo percibe como la naturaleza del mundo, la llamada palabra primigenia. Más que una puerta hacia la iluminación, Jung concibe a Freud y a su obra como necesarios para salvar el espíritu de su época, como la “respuesta a la enfermedad del siglo XIX”.
Escribe de Paracelso y de su “estructura astrofisiológica” para explicar que el espíritu no debe escoger entre el ánimo y el intelecto, sino que debe tomar ambos caminos, pues estos son paralelos y no contradictorios como suele asumirse; así podremos erigirnos ante el “principio opuesto de la materia” (tierra frente a cielo, naturaleza frente a espíritu). “Todo ens morbi se corresponde con un arcanum de la naturaleza”.
De Wilhem, toma su espíritu oriental y lo califica de superior (femenino y fértil). Jung nos dice que a diferencia de Freud, Wilhem, no surge como una respuesta a una problemática social, sino como un mesías que intentaba curar el espíritu occidental.
En cuanto al arte, usa la llamada palabra o idea primigenia para explicar de dónde nace la obra artística. El anhelo del artista se encuentra en el inconsciente (en la idea primigenia) y cuando llega a la conciencia, se transforma para que pueda ser concebida por el hombre de la época. Compara a la obra con la planta y a su creador con la tierra, si bien la planta nace de la tierra, no es parte de ella: tiene vida propia. Por lo tanto no se puede tratar a la obra de arte como una neurosis, ni analizarla como tal; de ser así, se estaría analizando al artista y no a su obra.
Gaston Bachelard. 1993. La poética de la ensoñación
Este ensayo intenta explicar a la imagen poética como una iluminación en la toma de conciencia. Propone al sueño como algo diferente a la ensoñación, demostrando que el primero nace, en efecto, del inconsciente, de algo ajeno; mientras que el segundo nace de la conciencia, de algo que se recuerda. Por lo tanto la imagen poética nace de ensoñaciones.
Bachelard, empieza explicando que “las palabras son cuerpos, cuyos miembros son las letras, en donde el sexo es siempre una vocal”. Todo lo masculino se refiere a la parte racional del alma, mientras que lo femenino toma lugar en la
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