Crónica Para Español

LA DIFICULTAD DE DOÑA ESPERANZA

En Colombia de las 22 millones de mujeres que hay, el 56% son cabezas de familia ya que han sufrido dificultades sociales, económicas y familiares.

Buenaventura, Colombia, 20 de mayo en una vereda, ubicada en el departamento del Valle del Cauca, viven aproximadamente 1.200 personas. Según los testimonios de la comunidad, este ha sido uno de los lugares afectados por el conflicto armado desde hace más de 10 años. Gracias a su posición geográfica, es decir, con vías marítimas vitales para la exportación e importación, fue escogido por los actores armados ilegales para ejercer prácticas de terror colectivo, tortura, asesinatos y desapariciones forzadas.

Este es el caso de Esperanza mujer de 59 años madre de 15 hijos que se vio obligada a salir de su ciudad natal por la violencia. Ya aquí en Buenaventura le ha tocado trabajar de sobadera, curandera, panadera y constructora para poder sostener a su familia, Esperanza asegura que “construyo su casa, se lastimo su brazo con un martillo pero así son las mujeres de aquí: echadas para adelante” señalando su cicatriz en su brazo.

La situación en este lugar especialmente para las mujeres y niños continua siendo difícil, las amenazas y presencias de grupos armados al margen de la ley no ha permitido una buena calidad de vidala dentro de la vereda y se hace evidente la necesidad de un espacio territorial propio “Nosotras sin la tierra no somos nada” asegura Esperanza

Para

estas comunidades el territorio es más que un simple espacio, representa el saber ancestral, las tradiciones, las costumbres y es de importancia fundamental su preservación, además de allí salen los alimentos que son vendidos en las plazas. Pero este territorio se está perdiendo, porque las guerrillas hacen un mal use de este, es decir, plantando marihuana; es por eso que los habitantes piden a gritos la ayuda de las fuerzas armadas colombianas.

Esperanza y todos los integrantes de la junta de acción comunal han hecho todo lo posible para que el gobierno les preste atención, pero la respuesta de estos es que esos temas ya se están hablando en los tratados de paz y, piden un poco de comprensión y espera.

La necesidad de ser escuchadas es mucha pero ellas saben que¨ si ellas no hacen nada por este problema, nadie lo hará” entonces no les queda de otra, que enfrentar ellas mismas el problema y echar pa´lante, porque pa´lante es pa´ allá.

En conclusión la violencia en Colombia ha afectado a muchas familias en especial las que sufren problemas de violencia o problemas sociales y en la mayoría de los casos son las mujeres a las que les ha tocado mantener a sus hijos lo cual no es una tarea fácil, Esperanza al igual que muchas mujeres de la comunidad tienen claro que deben sostenerse como barrera para salvar a los jóvenes y combatir juntas contra las injusticias del gobierno y las fuerzas armada.

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