Cuando Su Madre Murio

Estilo y corrección

Actividad 1 “los narradores“

Punto._ 3 narrador testigo

Texto; Amparo Dávila

Cuando su madre le conto lo que sucedía, se apodero de él una tremenda duda y una preocupación que iba en aumento.

Veinte días antes su madre se había fractura una pierna al perder el pie en una escalera de su casa. Fue un verdadero triunfo conseguir una habitación en el hospital de santa rosa, el mejor de todos los sanatorios de la ciudad. Como la tenia urgente necesidad de salir de viaje, precisaba acomodar a su mama en un buen sitio donde su mama disfrutara toda clase de atenciones y cuidados. Sin embargo el experimentaba remordimientos por dejarla sola un hospital agobiada por el yeso y los dolores de la fractura. Pero su trabajo en tractors and agricultural machinery Co. Le exigía ese viaje. Como inspector de ventas debía controlar, de tiempo en tiempo, las diferentes zonas que abarcaban los diferentes viajeros, pues general mente sucedía que algún de los vendedores no trabajaban exhaustivamente sus plazas, en tanto que otros competidores realizaban magnificas ventas. Su compañía de trabajo se avía mostrado muy generosa con él, “valioso elementó” según el criterio de los jefes le habían otorgado un magnifico sueldo y le dispensaban muchas consideraciones. En esas circunstancias no podía negarse cuando lo necesitaban. La única solución que encontró fue dejar a su madre en un buen sanatorio, al cuidado de una enfermera especial.

Durante las tres semanas que duro su viaje el hospital lo tuvo al tanto, diariamente de la salud de su madre. Las noticias que recibía eran bastantes favorables, con excepción “de un aumento de temperatura que se presenta después de media noche, acompañado de una marcada alteración nerviosa”.

El día de su regreso cuando se presento en la oficina tan solo para avisar de su llegada corrió al hospital a ver a su mamá. Cuando ella lo vio lanzo un extraño grito. Con gran sorpresa comprobó que su mamá no probaba vacado, no obstante que tenía en frente su platillo favorito; chuletas de cerdo ahumadas y puré de espinacas. Estaba pálida demacrada y sus manos inquitas y temblorosas delataban el estado de sus nervios. El no se explicaba lo que avía sucedido. Siempre había sido una mujer serena controlada y optimista.

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