Cuento Navideño
Enviado por Julumegar • 23 de Enero de 2014 • 473 Palabras (2 Páginas) • 239 Visitas
EL REGALO QUE DESEABA
Todos mis compañeros de clase se tenían muchas ganas que llegase la Navidad, para poder disfrutar de tiempo libre. A Eustaquio no le gustaba la llegada de las fiestas navideñas. Hubiera preferido seguir con la rutina habitual de las clases dejando a un lado todo lo navideño así como las interminables y pesadas reuniones familiares. Pese a su voluntad llegó el último día de clase donde participó en la fiesta que organiza todos los años su colegio. Cuando esta acabó, la profesora le entregó sus notas del trimestre con una amplia sonrisa como felicitación. Todos los niños de la clase tenían sus notas y apenas tuvo media hora para despedirse de sus compañeros hasta el año que viene. Marchó triste para su casa como otro día cualquiera. Sabía perfectamente lo que se iba a encontrar al regresar a su casa. Sus sospechas se hicieron ciertas cuando al llegar su madre lo saludó sin gran entusiasmo.
Trato de llamar su atención advirtiéndole de que tenía las notas en su mochila y que las dejaba en el mueble del salón para que las pudiese ver. Pero esta siguió cocinando sin hacer caso a lo que le decía su hijo. Al cabo de un rato se acercó y diciendo una frase que ya había oído muchas veces ¡Ahora tengo mucha faena, luego cuando venga tu padre ya te las mira! Y siguió con su tarea. Se sintió una vez más dolido por la despreocupación de su madre pero decidió entretenerse para olvidar de algún modo su tristeza interna. Pasaron los días festivos y todo seguía igual que otros años. Cuando iba al centro comercial él y su hermano pasaban por todos los escaparates de juguetes mientras sus padres charlaban despreocupadamente con unos amigos. En muchas ocasiones intentó preguntar a sus padres las mil y una dudas que tenía. Desgraciadamente siempre recibía la misma respuesta. ¡ Juega con tu hermano hijo, que nosotros los mayores estamos hablando un rato!. Cuando llegó el día de Reyes su hermano se levantó con prisa para ver los regalos que habían traído los Reyes Magos. Sin embargo Eustaquio no tuvo ninguna prisa por mirar lo que él consideraba un chantaje emocional. Los padres lo llamaron y lo animaron a que abriera sus regalos convencidos de que serían de su gusto. Después de haber visto sus contenidos este los dejó sobre la mesa del comedor y se sentó en el sillón con una amarga expresión de desilusión. Sus padres se quedaron de piedra por la inesperada reacción y le preguntaron: ¿No te gustan? A Eustaquio no le quedaba más remedio que responder con total sinceridad: Me gusta todo, estoy muy agradecido y contento, pero…. Pero prefería tener menos regalos y más….. ¡Más afecto y más tiempo para estar con vosotros y hacer cosas juntos! Ese es el regalo que desearía.
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