Cuento ética

Había una vez una niña llamada Karen, ella era muy estudiosa y tenía excelente relación con sus padres. Ella cumplió 14 años y un día ellos se sentaron con Karen para hablarle sobre sus experiencias para una sexualidad responsable. Ella sorprendida, decidió escucharlos y aprender sobre todo lo que ellos le dijeran. Ellos empezaron a nombrarle las actitudes y valores que se deben asumir como lo son la responsabilidad, la libertad, la autonomía, el respeto, la reciprocidad, la fidelidad, la ética, la responsabilidad  y que nunca hay que ver el sexo de manera morbosa y negativa o sólo por obtener algún tipo de placer, al contrario, asumirlo como algo hermoso y positivo. También, le dijeron que para hacerlo, hay que tener unos conocimientos de sexualidad para facilitar la toma de decisiones adecuadas basadas en los hechos, por eso ellos decidieron hablarle de este tema, por qué ya era edad para que su hija supiera estas cosas y no fuera a acometer ningún tipo de errores como lo son un embarazo a temprana edad o contraer una enfermedad de transmisión sexual como lo pueden ser una sífilis, una gonorrea, un virus del papiloma humano o en el peor caso, VIH SIDA.

Por eso le comentaron que existían muchos métodos de planificación como era el condón, las pastillas anticonceptivas y las inyecciones.

 También le dijeron que nunca hay que dejarse presionar de una persona para tener sexo, que hay que aprender a decir NO cuando no se quiere y cuando no se esté preparado. Para finalizar la pequeña plática ellos le dijeron que siempre hay que  cuidarse para lograr un proyecto de vida pleno.

Pasaron 2 años, y Karen estaba en primer semestre de la preparatoria. Ella tenía un novio llamado Francisco, con el cual ya llevaba 1 año de relación y se querían muchísimo. Ella tenía ganas de experimentar que era tener sexo, y quería hacerlo con Francisco. Se presentó la oportunidad, y ella quiso aprovechar, en ese momento recordó aquella plática que había tenido con sus padres, y siguió tal cual sus consejos e indicaciones.

Tuvieron relaciones, y cuando terminaron, ella se dio de cuenta que había sido algo maravilloso, y que si ella no hubiera escuchado a sus padres hubiese podido cometer muchos errores.

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