¿Cómo tener una buena redacción?

¿Cómo tener una buena redacción?

El mundo de hoy en día gira entorno a la comunicación. Tanto en el campo profesional como en el personal existe la necesidad de la interacción humana y esta misma se basa en la manera en que nosotros nos comunicamos, ya sea de manera oral o escrita. Por eso es tan importante saber expresar correctamente lo que se quiere decir, y para eso hay que dominar el arte de la redacción.   Como dice el Prof. Alfredo Salazar en su ensayo “La Redacción: concepto, características, sus fases”, la redacción en si es un proceso de construcción continuo, por lo tanto, esta posee ciertas propiedades que la caracterizan, y ciertas etapas por las que tiene que pasar para su producción. Al respetar estas características y fases se puede garantizar la composición de una “buena” redacción.

Por lo que es notable un buen proceso de redacción es la facilidad con la que el lector pueda captar y comprender el mensaje expuesto en el texto. Por consiguiente, la primera característica a tener en cuenta es la claridad. La claridad en un texto se tiene que ver reflejada en la forma en que se expresan las ideas en cada párrafo. El problema aquí es como conseguir esa transparencia. Una idea es fácilmente comprendida cuando no es muy extensa ya que el leyente tiende a perder el hilo de la idea. También cuando su estructura sintáctica es correcta, y cuando esta no posee palabras técnicas innecesarias. Hasta se podría decir que para lograr la claridad de una frase no solamente se necesita de cierta brevedad, sino que se necesita conocer nuestro idioma y las reglas que lo definen. De una idea clara pasamos a una frase, después a un párrafo y así llegamos a un texto transparente de rápida comprensión.

Otra característica de una buena redacción es la concisión, que sería una rama de lo que comprende a la claridad. La concisión, según el Diccionario de la Real Academia Española, es la capacidad que se tiene para expresar un concepto brevemente. Es importante tener en cuenta que entre más larga sea una oración mayor va a ser la probabilidad que el lector pierda la concentración en la lectura. Por lo tanto, para mantener la atención del lector es preciso ahorrar palabras innecesarias. Es un error común pensar que entre más extenso sea un texto, mejor va a ser este. Sin embargo, a la hora de escribir es mejor la calidad que la cantidad. Es recomendable evitar las redundancias e ideas secundarias que no aportan en nada a la idea principal, esto solo va a confundir más al lector.

Una tercera característica, también derivada de la claridad, es la sencillez. La sencillez, en texto, consiste en el uso de palabras simples o comunes, pero sin caer en informalidades. El empleo de palabras de un vocabulario corriente facilita la comprensión de un texto, porque sin importar el tipo de público lector se garantizará el entendimiento del mensaje transmitido. Aunque la principal regla a la hora de redactar es no escribir del mismo modo en que hablamos, es necesario que en el texto se refleje cierta naturalidad y fluidez mientras se lee. No existe la necesidad de complicar un texto con términos técnicos, además al hacer esto se corre el riesgo de dar un mal uso a los vocablos.

Ya habiendo visto las características de una buena redacción, es necesario ver que procedimientos se han de seguir para desarrollar la redacción de un escrito. Antes de empezar a escribir un texto es preciso planear como este se va a desarrollar. Primero que todo, se debe de leer y analizar toda la información disponible del tema del cual se va a escribir. De ahí se van subrayar o resaltar todas aquellas ideas que llamen la atención se crean que serán necesarias más adelante, esto ayudara a comprender mejor el tema del cual se va a escribir.

Con la información ya clara, se realiza una lluvia de ideas con todo lo que sepamos sobre el tema. Después de que se tenga esta lista de ideas, se procederá a clasificar las ideas en principales y secundarias para que su proceso de desarrollo sea más fácil. Además de clasificarlas, es conveniente ordenarlas según el orden en que desee que se desarrolle el texto. Todos estos procesos es lo que conforma a la planeación o pre-escritura, como hace el Prof. Alfredo Salazar.

Una vez se haya pasado por la etapa de planeación, se dispone a comenzar lo que es la redacción del texto. Pero para tener una buena redacción además de conocer sus características también hay que conocer la estructura de un texto bien redactado. La estructura de un texto va a determinar la coherencia que este tenga, porque esta va a ser la secuencia con la cual el lector va ir captando las ideas, y si estas no tienen un orden lógico la compresión del texto se va a dificultar aún más.

 Antes de mirar lo que es la escritura del cuerpo hay que tener cuenta que en lo primero que se va a fijar el leyente es en título del escrito. Por lo tanto, el título tiene que llamar la atención del lector, incitándolo a leer el contenido. Igualmente, es recomendable que el título sea breve, relacionado con el tema a tratar, y que genere interés.

La primera parte de un escrito por lo general, dependiendo del tipo de texto que sea, es la introducción. En la introducción se plantea el tema a tratar y por lo tanto tiene el objetivo de contextualizar al lector en tema. Una introducción no tiene que ser demasiado extensa, tediosa o específica en cambio, debe ser concisa, coherente y generalizada de modo que cualquiera pueda entender de lo que se habla.  Su extensión tiene que ser proporcional a longitud del cuerpo del escrito. Además, la introducción tiene que ser capaz de cautivar al lector en las primeras tres líneas, el resto son explicaciones y generalidades del tema.

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