DE GATOS PARA MI NIETO.

BIANCO

Teníamos en la casa un gato, éste se llamaba Bianco

Como buen animal cazador, era un felino que atrapaba los ratones.

Caminaba al parecer muy proper, Husmeando por los rincones

En cuanto estos lo veían, por ser de pelo muy blanco.

De inmediato que corrían, para librarse del gato.

¿Creerán el gato gustaba, después de almorzarse uno,

estirarse muy contento?

A mí me gustaba verlo. Era entonces que llegaba,

Para acariciar su pelo… y si pudiera… ¡Imitarlo…!

No lo niego, si hasta eso con él aprendí, que estirar es muy sabroso

Lo hago cuantas veces llego

Sintiendo que soy un gato, ahí me vengo estar, abrazado con mamita.

Estiro mi cuerpo tanto que hasta los huesos me truenan…

Mi mamá entonces regaña, por andar de empalagoso.

Y por estirar tan sabroso.

LOS GATOS

Mi madre preguntó,

si a mí gustan los gatos…

No puedo yo negarlo,

Me encantan, bien lo sé.

Lástima no pueda verlos,

a no ser tan sólo a ratos.

Por lo cual le contesté.

Entre un perro y un gato,

Prefiero este y no aquél.

HABLANDO DE INGRATITUDES

Como buen hijo, yo a mi padre pregunté…

- Di papá, tú que todo lo sabes…

Sácame ahora de dudas.

No dejes decir la verdad…

¿Por pura casualidad,

Tienes respuesta a esta pregunta…?

- ¿Cuál es el animal más ingrato?

Sabiendo qué, yo preguntaba,

muy serio atusando el bigote

Con su experiencia me dijo….

Respondo hijo tu cuestionamiento.

Hay animales salvajes

De esos que causan destrozos.

Pero en el alma del humano,

Sólo hay dos que pegan duro…

Hablando de ingratitudes…

¡Es primero la mujer, a Ésta, le sigue el gato.!

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