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MI GATO EL VECINO DEL GATO


Enviado por   •  6 de Mayo de 2012  •  1.547 Palabras (7 Páginas)  •  626 Visitas

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Mi gato, el vecino del gato

Desde muy pequeña me gustan los gatos. En este momento tengo un gato muy hermoso llamado Beto. Beto pertenece a la raza siamés, sus orejas son grandes y terminan en punta, su nariz es larga, su pelo es corto, suave y denso. El color de su pelaje es beige, pero como característica de su raza, su coloración tiende a ser más oscura en los sitios donde su temperatura corporal es menor, como en sus patas, cola, cara y orejas. Sus ojos son de color azul muy intenso.

Beto es un gato muy independiente, aunque siempre ha sido muy fiel a mí y a mi familia. Es muy afectuoso, cariñoso, tierno y con mucha frecuencia lo demuestra. Siempre hemos admirado su sociabilidad y muestra mucha curiosidad cuando alguien llega de visita a la casa, sobretodo cuando vienen personas que nunca había visto antes.

La musculatura característica de la raza siamés es muy firme, lo cual le permite ser un gato muy hiperactivo, con una energía arrolladora, que se ve reflejada cuando lo vemos corriendo y saltando por toda la casa. Gracias a su hiperactividad, Beto deambula por todos los techos del vecindario y es muy querido y reconocido por toda la gente del Barrio. Se puede decir que hasta hemos emparentado con más de una familia vecina, ya que mi gato como todos los de su raza, es un gato muy prolífico en materia sexual. Desde que Beto está con nosotros en la casa, hace tres años, ha tenido aproximadamente veinticinco gatos, de los que hemos tenido razón.

En la última camada, en la que emparentó con la gata siamés de nuestros vecinos del lado, nacieron cuatro gaticos, de los cuales dos son gatos y dos gatas. Para colocarles los nombres, nos pusimos de acuerdo con la familia vecina, para tener en cuenta su apariencia física. Uno de los gatos lo llamamos Nieve porque su pelaje es blanco, blanco, blanco como el color de la nieve y sus ojitos son azul profundo. El otro gato lleva el nombre de Capuchino, porque su color es café oscuro, como el color de su papá. Una de las gatas por tener un color cenizo, la llamamos Cenicienta y la otra porque tiene una cara muy tierna y un cuerpo menudo la bautizamos Bella. Todos los gatos están muy saludables y hermosos, por eso nos da mucha tristeza alejarlos de nosotros, pero es difícil quedarnos con todos ellos. La idea es conseguirles un hogar, donde los quieran de verdad para que sean felices, pero lo que si estamos seguros es que siempre los recordaremos.

Todo esto me hace recordar el día en que Beto llegó a la casa. En casa de mi abuela siempre ha habido gatos, por eso es que siempre hemos estado muy encariñados con ellos. En una de las camadas que tuvo la gata de mi abuela, ella decidió regalarnos a Beto, cuando tenía un mes de nacido. Era un gato muy hermoso y desde un comienzo nos sentimos atraídos por él y él por nosotros.

Cuando lo trajimos para la casa, tuvimos que buscarle un sitio para colocarle su casa. Decidimos ubicarlo en el garaje junto al armario donde se encuentran las herramientas, el gato y los repuestos del carro. Desde entonces ha estado en este sitio, que es muy cómodo y calientico.

Lo que más nos gusta de tener como mascota un gato es que es un animal limpio por naturaleza, por lo tanto es meticuloso con su higiene diaria ya que le dedica una buena parte del día para asear su cuerpo con la lengua. Incluso es normal que una pareja de gatos o los gatos a sus hijos se limpien recíprocamente para demostrar un vínculo entre ellos. Por experiencia hemos notado que cuando un gato no hace este ritual de higiene, es porque está demasiado enfermo.

A pesar de que Beto se pega algunas escapadas para cortejar las gatas del barrio o para jugar con otros gatos, es un animal muy fiel a la familia y un padre muy amoroso con su descendencia.

Han sido muchas las anécdotas que hemos tenido con nuestro gato Beto, mientras ha permanecido con nosotros. Una de ellas es que como él tiene la costumbre de irse de excursión por las casas aledañas, una vez un vecino se acercó a nuestra casa para reclamarnos, porque Beto llevaba mucho tiempo entrando a su casa, para robarse la comida hasta que lo descubrieron. Lo que sucedía era que esa familia era fanática de los postres, entonces acostumbraban a dejar en la mesa, postres como brazos

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