DISCURSO DE DESPEDIDA A PROFESORES

“Te digo adiós y acaso con esta despedida mi más hermoso sueño muere dentro de mí, te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti”.

Buenos tardes tengan todos ustedes alumnos del plantel, padres de familia aquí presentes, profesores emprendedores y compañía. Hoy viernes 24 de enero del presente, tengo el gusto de dirigirme en nombre de nuestra institución la .......”, a dos ilustras profesoras que desde hace ya unos meses nos dijeron adiós. Ambas, debo decir, realmente maravillosas.

Hoy es un día en el que sentimientos variables se vinculan. Un día en donde las lágrimas y las risas parecen parte del mismo entramado. Hoy es el día en el que nos toca despedir a unas grandes compañeras: Las profesoras Edilia y Rocio Jiménez las cuales han sido un verdadero baluarte para ésta institución.

Agradezco el alto honor que me ha sido conferido al ser designada para dirigir estas palabras de despedida a los colegas docentes que este año se jubilan.

El tiempo marca hoy la última jornada de su carrera docente, el merecido descanso les ha llegado, nuestros corazones se oprimen, pero sabemos que debemos dejarlas partir por su bienestar.

Su escenario de la vida diaria ha sido las paredes de éste colegio; allí dejaron atrás intensas jornadas en las que entregaron alma y vida, ¡Su tarea está cumplida! puesto que han recorrido el sendero elegido: enseñar a descubrir respuestas, a despertar las fantasías, a valorar la importancia de las letras y a integrarnos a la realidad de nuestras vidas.

En sus mentes quedará grabado los ojos asombrados de cientos de alumnos, sus risas cándidas, sus bromas y hasta sus actos de indisciplina. Ellos hoy se los agradecen y les brindan su gratitud y un “hasta siempre”.

Cuánto amor, comprensión y hasta llamados de atención han brindado a sus colegas, siempre preocupadas por el otro brindándole una palabra o un consejo justo. Ejemplo de solidaridad, de fortaleza, de generosidad, de justicia, grandeza, de docentes, de madres, de abuelas, de compañeras. ¡Que gratos momentos compartidos!

Cuántas cosas han dejado en el camino para dedicarse a enseñar con el alma, cumpliendo su ardua empresa, la de timonear este colegio con el alma y vida, sin vacilaciones "Con la constancia de un apóstol y con la fe de un misionero".

Supieron crecer mirando lo que dejaban atrás, construyendo un venturoso presente y proyectando el tan ansiado futuro, puesto que su esfuerzo fue el sello de su victoria.

Para finalizar, quisiera pensar la jubilación no como una ocasión de renuncia o alejamiento, sino como el acceso a un grado de mayor libertad para la creación, la comunicación y la generosidad.

En realidad, tenemos la esperanza que ustedes tengan deseos de repetir sus experiencias sensibles y quieran volver a ver, oír, tocar y oler la Facultad. Si esto les sucede, sepan

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