De La Forma A La Informacion. Amicola
Enviado por sumarcelita • 6 de Junio de 2014 • 1.585 Palabras (7 Páginas) • 254 Visitas
Orbis Tertius, 1998, III (6)
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José Amícola, De la forma a la información. Bajtín y Lotman en el debate con
el formalismo ruso
Buenos Aires, Beatriz Viterbo Editora y Orbis Tertius, Publicación especial de
Orbis Tertius Nº 2, 1997, 255 págs.
Las relaciones que la crítica universitaria argentina ha mantenido con la teoría literaria son
diversas y heterogéneas, pero puede decirse que de Contorno a nuestros días, entre esas variedades: se
deja leer una dominante: las teorías en cuanto tales se discuten en el espacio experimental de la clase5 y
pasan al teatro de la escritura crítica menos como debate teórico propiamente dicho que como apropiación
críticamente productiva o uso de lectura. Dicho en otros términos, el aporte regional al debate teórico se
produce no tanto por la adopción de teorías que reorganicen las lecturas latinoamericanas, sino más bien
como efecto de las sucesivas revisiones críticas del corpus latinoamericano a que se entrega la crítica de
nuestros países y en las que hace intervenir de modo más o menos heterodoxo, selectivo o descentrado
algo que desde las teorías importadas se muestre como estímulo para engendrar problemas y relecturas.
En ese sentido, incluso la obra de Ana María Barrenechea podría leerse como paradigma de esa
dominante: en el decurso de un programa centralmente crítico, se pasa esporádica o intermitentemente a
la discusión estrictamente teórica cuando el corpus demanda despejar categorías, presupuestos, o
taxonomías cuyo diseño originario ha comenzado a descomponerse por el ejercicio crítico. También, en
otros registros, la operación Raymond Williams de Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo desde la revista
Punto de vista, o su Literatura / Sociedad
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pueden pensarse como episodios de esa tendencia.
El libro de José Amícola, considerado en forma aislada, parece apartarse de esa dominante por la
especificidad teórica de su tema, pero puede verse, mejor, como uno de esos episodios intermitentes que
señalábamos antes sí se lo considera en el conjunto de los ensayos publicados por el autor.
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De la forma a
la información propone una relectura v una revisión de la tradición teórica ruso-soviética, que tras ser
discutida aparece rediseñada. En ese sentido, el libro de Amícola aceptaría menos como reticencia que
como descripción elogiosa la calificación de historicista, para ver lo cual basta identificar sus propósitos
explícitos, esto es, lo que se persigue mediante el relato de “la totalidad del pensamiento no oficializado
en la Unión Soviética en su continuidad histórica en relación dialéctica con el pensamiento oficial”. Pues
la intención de esta relectura del debate formalista en el marco político y cultural convulsivo en que se
desarrolló no es la de “suministrar una historia más del formalismo ruso” sino “realizar una lectura desde
la periferia territorial en la década de los noventa, cuando puede entendérselo como un continuum y corno
punta de lanza de un tipo de pensamiento riguroso frente al embate cada vez más creciente del
irracionalismo. La ironía de semejante papel en la instauración de un “post-postformalismo” —explica
José Amícola— se hallaría en que sea justamente esa corriente la que deba salir a defender un resto de la
dialéctica del Iluminismo, habiendo integrado ya la postura que durante mucho tiempo había sido
considerada su enemigo natural: el marxismo o, con mayor, precisión, la crítica de las ideologías” (p. 13).
Así, esa mirada histórica, a la vez que descubre sus propias condiciones de posibilidad en un ingreso al
debate teórico desde una ubicación regional, lleva a postular que la barbarie stalinista operó no sólo como
represión compacta y definitiva sino también como estímulo para una reflexión subterránea que,
recuperada, permite descubrir o construir una continuidad que va desde la crisis del pensamiento
positivista, pasando por los formalistas rusos, Bajtín y Mukarovsky, hasta Lotman. La construcción de esa
continuidad, por otra parte, se nutre de una vasta erudición, reconstruye contextos académicos,
filosóficos, literarios, teóricos y sociopolíticos en contacto con la producción y las transformaciones de
las teorías y prácticas críticas que se estudian, de modo que adquiere una complejidad capaz de dar cuenta
también de acentos y orientaciones divergentes en el interior mismo de una tradición que la reproducción
académica ha unificado a veces en la imagen simplificadora de una escuela, o en una temporalidad
unilineal de escuelas que se suceden y reemplazan. En relación con ese propósito, la novedad de muchos
de los datos, fuentes y bibliografía que el libro presenta le confiere un visible valor informativo y, por
tanto, de consulta. Junto con eso, otra circunstancia poco frecuente en la Argentina subraya la importancia
del libro como intervención en el debate específicamente teórico: Amícola ha sorteado la mediación de
las traducciones,
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