Degradación Física Y Mental Del Protagonista En "El Desván" De Ramón H. Jurado

“El Desván” establece una situación limite del dolor y la tragedia humana, con un personaje con una enfermedad que lo lleva a preguntarse acerca de la veracidad de su propia existencia. Desarrolla un tema que nos hace evocar el sentido en que se dirige la vida humana, condicionada por el dolor de la existencia, la indiferencia de las gentes y hasta donde puede llegar a desarrollarse una situación que anula la conciencia del hombre.

Ubicados en los años 20s, Federico Calvo, un hombre inmóvil, escribe cartas y las envía a receptores totalmente desconocidos. el busca que alguien le responda, necesita salir del olvido, saber que si existe. Escribe sobre las ratas que le quieren comer la carne mientras esta inmóvil en su cama, sobre la muchacha que le atiende, sobre la vieja invalida en la habitación contigua, que un día se silencio para siempre. Escribe sobre si, mientras muere.

El hombre se acercó a esta pensión supuestamente buscando compañía, pero en realidad quería alejarse del mundo. Con el paso del tiempo, quería mantenerse más aislado, de perder comunicación física con el exterior y mantenerse sólo escribiendo cartas. Calvo se aisló aproximadamente veinticuatro años, lo que lo condenó a un mundo en el que sólo vivían Zoraida y los ratones. Sin embargo, el considera a la gente buena, aunque muy ocupada.

Federico Calvo ha vivido y se ha sentido durante toda su vida total e irremediablemente solo, por que aunque cuenta con Zoraida, la única persona que le ha prestado atención en su existencia, la ve como un objeto. Su soledad era absoluta pues está convencido de que incluso antes de su enfermedad, nadie reconocía su existencia. El necesitaba la voz de alguien que lo llamara y le preguntara por su salud, para así sentirse vivo.

De un trama difícil, se plantean diferentes problemas filosóficos frente a la vida y la existencia del ser, mientras se desarrollan situaciones que mantienen al lector siempre alerta. El desván es un relato aterrador y frío, cuya lectura sobrecoge ante la infinita tragedia del hombre, y de Federico Calvo. Si bien tan sólo por la intensidad, es incomparable, la espantable realidad de Federico Calvo, que es capaz de contemplar en vida su osamenta y a las ratas devorar su carne.

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