Desde Cuando Hay Que Moverse
Enviado por azuyalda • 18 de Febrero de 2014 • 617 Palabras (3 Páginas) • 324 Visitas
¿Desde cuándo hay que moverse? “El cuerpo y el movimiento como medios de expresión y comunicación”
A través del juego, la expresión en movimiento, la gimnasia, la relación con el agua y la naturaleza, la educación física puede brindar un campo de trabajo para desarrollar al niño con todas sus disposiciones corporales.
El movimiento y promotor de actividades de exploración, vía indiscutida de conexión con el mundo, los otros y las cosas. El movimiento posibilita procesos de adecuación y asimilación que regulan y equilibran el accionar humano. Moverse es la dinámica de crecimiento desde las edades más tempranas, observable, visible, de hitos en el desarrollo.
Si el cuerpo es la identidad mediante la cual el niño se relaciona, empieza a autorregularse, atrapa el tiempo y el espacio, se encuentra con las cosas y con los otros; su acción motriz es significativa como acción humana, por tanto tenemos que promoverla lo más tempranamente posible.
El sentido de la educación física en el desarrollo humano, en las primeras edades cobrará sentido, garantizando que la acción motora asegura el desarrollo de las capacidades vitales del niño que le permitan su inserción como sujeto activo.
El niño puede aprender de forma mecánica, memorística, repetir o hacer rutinariamente, sin entender en absoluto lo que está haciendo.
La educación física ha sostenido distintas posiciones en la relación que guarde el desarrollo con el aprendizaje.
El niño lentamente va construyendo algunos programas motores en su dinámica cotidiana, ajustando y controlando cada vez más sus movimientos, que dependen de las posibilidades que el medio le brinde y de la contención de los adultos.
Un bebé aprende y todo su despertar pasa por el cuerpo; no tiene un cuerpo es un cuerpo. Para conocer necesita chupar, rasgar; para medir las distancias las recorre.
Todo acto motor sigue una intención que se concreta en una meta propuesta. Las posibilidades motrices son el primer recurso que poseen los niños para comunicarse y relacionarse con el mundo que los rodea.
A partir del propio movimiento y en el marco de la interacción social, los niños aprenderán a conocer su cuerpo y a utilizarlo como vehículo de expresión y de intervención en el medio, sobre esta base construirá su identidad personal.
El movimiento de los niños, marcado inicialmente por sus propios ritmos biológicos y por las respuestas al contacto físico con los otros y con el medio exterior, se convertirá en código de comunicación. Las personas adultas han de procurar interpretar de forma adecuada y responder satisfactoriamente a las reacciones corporales provocadas por las sensaciones internas y externas, para contribuir a la creación de un sistema de señales corporales que permitirá el establecimiento de los primeros vínculos sociales. Los niños necesitan establecer relaciones
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