Diario De Un Seductor
Enviado por Shadows06256 • 17 de Febrero de 2014 • 391 Palabras (2 Páginas) • 1.261 Visitas
Diario de un seductor
El juego literario de la seducción
Søren Aabye Kierkegaard nació en Copenhague, Dinamarca el 5 de mayo de 1813, fue un prolífico filósofo y teólogo danés del siglo XIX, considerado el padre del existencialismo, por hacer filosofía de la condición de la existencia humana. La mayoría de las obras de Kierkegaard se basan en las emociones y sentimientos que experimentan los individuos al enfrentarse a las elecciones que plantea la vida. Una de sus novelas más reconocidas es Diario de un seductor publicada en 2013 por el grupo editorial Tomo. En esta reseña se tiene como objetivo señalar como el autor ve el tema de la seducción.
Kierkegaard nos relata por medio de cartas y un diario, la inusual historia de Johannes y Cordelia; él un hombre calculador que veía el amor como un juego del cual sacaba beneficios y Cordelia una mujer bella e inocente que cae en el juego literario del seductor; pero el tema de la seducción para el autor va más allá, pues Kierkegaard sacude el concepto de seducción y lo transforma en una operación perversa y de cierto modo manipuladora. Si pensamos en la seducción como un intento por despertar el deseo en otra persona a través de la mirada, las actitudes y la inteligencia; el protagonista del Diario de un seductor trasciende todas estas peculiaridades y va aún más lejos, pues, lo más mas importante para él no es la conquista en sí, sino la satisfacción del propio ego al atrapar la presa y soltarla desconsideradamente; es el acto de un individuo inmaduro fascinado por la estética más que movido por la ética; debido a esto, Kierkegaard dice de su personaje: “Para él, los seres humanos no eran más que un estímulo, un acicate; una vez conseguido lo deseado, se desprendía de ellos lo mismo que los árboles dejan caer su fronda; él se rejuvenecía, mientras las míseras hojas de marchitaban”. (Kierkegaard, 2013: p. 18).
Como podemos observar para Søren Kierkegaard la atracción física, y aún la atracción intelectual, son matices superficiales de la seducción; ya que para él la verdadera seducción, es aquella que derrumba barreras y penetra en las damas gracias al poder de las palabras. Por último el libro alterna momentos de cierta fascinación en su aspecto de vanidad, hedonismo, autosatisfacción ególatra y engaño, con otros más lánguidos y reiterativos.
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