Don Quijote
Enviado por angievargass • 27 de Octubre de 2012 • 1.492 Palabras (6 Páginas) • 761 Visitas
DON QUIJOTE
2. Para ser caballero, don Quijote requería de un caballo, el fue Rocinante, y una amada, esa mujer fue Dulcinea.
3. Don Quijote y Sancho se instalan en una venta, en la cual Don Quijote cree que es un castillo, allí Don quijote empieza a elogiar a una mujer, en la venta había un harriero, el cual reacciona en defensa de aquella mujer y por ende, en contra de don Quijote, así que l golpea, y todos lo hacen simultáneamente.
4. El sabio Frestón era según don Quijote un encantador, un hechicero enemigo suyo, concretamente quien quemo sus libros de caballerías y convirtió los gigantes en Molinos de Vientos. Pretenden que don Quijote no tenga más fantasías por culpa de éstos
5. Según la física, se debe usar la hermenéutica, que es la interpretación de textos en la teología, la filología y la crítica literaria. Sin embargo, se debe trasladar a Dulcinea a la época actual, ya que todo lo que hay en Don Quijote, es ficticio.
6.
-Confunde a la campesina Aldonza Lorenzo (Dulcinea) con una bella, culta y elegante dama.
-En el capítulo I confunde a un ventero con rey y le pide que lo ordene caballero.
-Confunde a un campesino ignorante (Sancho Pansa) con un caballero valiente a quien designa como su escudero.
-Confunde una vacía nueva que llevaba sobre la cabeza un barbero con un yelmo de oro. (Yelmo de Membrino)
-Confundió un cortejo fúnebre con una pandilla de bandoleros y luchó con los pobres dolientes.
-En el capítulo XVIII de la primera parte confunde una manada de cabras y ovejas con un ejército guerrero. Se lanza contra ellos con tal mala suerte que le pasan por encima maltratándolo.
-Confunde a 12 galeotes condenados por el rey, con hombres desgraciados que sufrían a causa de sus captores cuando estos realmente eran pillos y criminales a quienes finalmente libera.
-Confunde en el capítulo XVII a un cuadrillero con un ser encantado y le lanza un candil encima.
-Confunde la situación en que Maritornes, busca en la oscuridad del establo al arriero con el que tiene amores. Don Quijote cree que la ventera esta deslumbrada con su gallardía y cree que es a él a quien busca.
-También confunde a Maritornes con una princesa con un fresco aliento cuando en realidad el aliento de la moza olía a ensalada, ajo y fiambre mal oliente
7. En los caps. XLIII y XLIV se cuenta una broma pesada que le jugaron Maritornes y la hija del ventero a Don Quijote. Le atan una mano con un cabestro y el otro extremo lo atan en la reja de la ventana.
8. “Soberana y alta señora:
El herido de punta de ausencia, y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta cuita, que además de ser fuerte es muy duradera. Mi buen escudero Sancho te dará entera relación, ¡oh bella ingrata, amada enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo. Si gustares de socorrerme, tuyo soy; y si no, haz lo que te viniere en gusto, que con acabar mi vida habré satisfecho a tu crueldad y a mi deseo.
Tuyo hasta la muerte,
El caballero de la triste figura
9. Don quijote cree que los presos merecen libertad Porque dice que no se puede hacer esclavo a uno que Dios y la naturaleza han hecho libres, y además piensa que el castigo que se les va a dar no se lo merecen y les pide su cadena que llevan en sus cuellos a la Dulcinea del Toboso, y le digan que ha sido el Caballero de la Triste Figura que les ha dejado libres. Éstos le dicen que no lo pueden hacer ya que si les ven a todos juntos otra vez les volverán a encadenar, pero que por gratitud rezaran mucho en intención de su merced.
10.
-has de temer a Dios; porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en nada.
-haz de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse.
-Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte; y préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio.
- no hay para qué tener envidia
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