Dos viejos pánicos

DOS VIEJOS PÁNICOS (VIRGILIO PIÑERA)

Este tipo de teatro se ubica lejos de todo el tipo de teatro que se había realizado en latinoamericano y mucho más cerca del neobarroco, donde lo comitrágico, el absurdo, el artificio teatral expuesto y la inversión lúdica de ciertas formas genéricas son los elementos fundamentales de su obra y que marcan su singularidad y modernidad.

La obra se centra en la historia de dos personajes, Tota (60 años) y Tabo (también 60 años); dos viejos que después de veinte años juntos se muestran temerosos frente al camino de la muerte, el pasado, a las personas, sintiéndose dos viejos fóbicos y olvidados por los demás, en el primer acto de la obra se puede leer que la obra es un habitación que presenta dos camas pequeñas separadas la una de la otra por un circulo marcado en rojo, la mujer tiene una gran cartera de la cual saca una botella de agua que la acompaña en el transcurso de la obra.  

Tabo se encuentra en un estado resentido y constantemente achacado, recorta fotos de jóvenes que son publicadas en revistas y las quema. Mientras Tota lo hace jugar a matar y morir, en estos juegos cambian roles, ensayan diferentes formas de morir, actúan y construyen una palmaria metáfora del teatro.

El personaje de Tota ofrece en la mueca de su rostro y la postura corporal, las señales de la dominación que ejerce sobre Tabo y al mismo tiempo, la vulnerabilidad extrema, que necesita crear una ilusión recurrente. Tabo se ve como un viejo enloquecido en su furia interior, recortando aquellas fotos, sumiso, a su manera, con Tota.

Se rompen los límites de la ficción y se borran; por momentos no se sabe si son los Tota y Tabo vivos o los muertos parlantes, entran y salen, vivos y muertos al mismo tiempo, las escenas son dramáticas, aun cuando los personajes anticipan qué ocurre en ese espacio sin salida.

La obra plantea un estado permanente y sin posibilidad de modificar. La obra habla de matar y morir, solución extrema en la soledad total de las conciencias. Los avances se registran en la medida que los viejos interpretan los juegos, después de recriminarse mutuamente el error de haberse casado, a cada juego de la muerte corresponde una reflexión sobre el miedo donde no existe un futuro.

En general los personajes se necesitan mutuamente que incluso puede llegar a descolocar esa dependencia a los espectadores, su locura naturalizada plantea una reparación de la vida que sería matar ese miedo que compone la cotidianeidad en la que se desarrollan los personajes.

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