EL ENCUENTRO DE UN MUNDO NUEVO

EL ENCUENTRO DE UN MUNDO NUEVO

Juan es una gaviota, pero no como las demás, porque hace muchos años vio que una nave espacial se estrelló con un árbol cercano, Juan se acercó a ver que era y salió una gaviota muy grande., impresionado él le preguntó a la gaviota:

- ¿Quién eres? -con una voz temerosa.

-Rafael - contestó aquella bella gaviota.

- ¿Qué haces aquí?, ¿Qué necesitas? -preguntó Juan.

A lo que Rafael le contestó:

-Vengo a enseñarte todo lo que me han pedido que te enseñe.

- ¿Pero ¿qué tengo que hacer? -dijo Juan.

Y Rafael le contestó nuevamente:

-Tengo que enseñarte aquello que solo algunos pueden hacer, y solo en ti lo hemos encontrado.

Asustado Juan, se talló los ojos para asegurase de que no era un sueño, pero no lo era, todo era verdad, así que le dijo a Rafael:

-Bueno, pero ¿Qué hay que hacer?

Y Rafael le contestó:

-Está bien pero antes que nada voy a decirte todo lo que tengo que enseñarte, primero tienes que aprender a volar a la perfección, a bajar en picada, luego a volar y detenerse en el vuelo, luego todo junto e ir rosando las olas del mar con tus propias alas y terminar al lado de la orilla del mar. Luego te enseñare a hacer algo sorprendente, algo que sólo los que están en aquel mundo pueden hacerlo, pero para lograrlo tengo que conseguir varias cosas, como un generador de gran potencia, unas láminas metálicas, unos cables, unas palancas, entre muchas cosas más, pero luego verás., después de eso, si Chiang la gaviota mayor y bondadosa, te elige y te da un poder, podrás ir conmigo a disfrutar de aquel hermoso mundo., pero solo Chiang podrá decidir eso.

Juan sorprendido, rápidamente le pregunto a Rafael:

- ¿Qué poder me dará?

-No lo sé, solo Chiang lo sabe – dijo Rafael.

-Bueno, manos a la obra -dijo Juan.

Rafael solo asintió con la cabeza y le pidió a Juan que lo siguiera para comenzar con las nuevas enseñanzas.

Después de un par de meses, Juan ya había aprendido a hacer a la perfección todo lo que Rafael la había enseñado, él ya estaba listo para la evaluación de Chiang.

Rafael estaba como loco buscando las cosas para hacer la base del portal, y cuando al fin estaba lista, le habló a Juan y le pidió que se colocara frente a esa base, lo hizo, luego Rafael se puso a su lado, hizo un par de movimientos y abrió el portal., era de color morado con azul y un poco de blanco, fue entonces cuando Rafael le gritó a Juan:

- ¡Salta! – y juntos lo hicieron.

De inmediato aparecieron en un lugar muy bonito, todo era paz y tranquilidad, y había muchas gaviotas, todas con nombres diferentes.

Estando ahí, se acercaron a la puerta de la oficina de Chiang, justo cuando Juan iba a abrir la puerta Rafael le dijo que no, sólo algunos lo podían a hacer, y entonces Rafael levantó la pata izquierda, y fue ahí donde Juan noto que tenía un tatuaje con forma de diamante y en medio un código que le podía abrir cualquier puerta.

Cuando entraron estaba una gaviota enorme, brillante y se veía serio., en eso Rafael se le acercó y le dijo:

-Señor Chiang, aquí está mi aprendiz, tiene todos los conocimientos básicos y secundarios, está listo para ser evaluado por usted.

Chiang miró a Juan muy detenidamente como por 20 minutos, como si estuviera evaluando su físico.

Después de ese tiempo, Chiang le hizo una pregunta a Juan:

- ¿Cómo te tele transportas?

-Eso aún no me lo han enseñado señor- contestó Juan.

-Eso no te lo tienen que enseñar, tu solo tienes que aprenderlo, ¿sabes cómo?

-No señor. -dijo Juan.

-Yo te diré, con sabiduría, ¿y sabes cómo ser sabio? -preguntó Chiang.

-No- contestó nuevamente Juan.

-Para ser sabio tienes que tener los conocimientos, ¿Cómo aprenderás todos esos conocimientos necesarios? -dijo Chiang.

-No lo sé señor-contestó Juan temeroso.

-Para tener los conocimientos necesarios, no a fuerzas  debes de ser viejo, si no que primero debes pensar como un joven menso, eso te llevaró a razonar tus pensamientos de distintas formas y así, cada idea que te venga a la mente intenta tele transportarte, hasta que des con la idea más lógica y lo logres, es así como lograras agilizar tu mente y cada vez pensarás más rápido y mejor, entonces ya serás sabio, pero eso no es de un momento a otro, si no con el paso del tiempo, es por eso que los viejos, como yo, somos sabios. -dijo Chiang.

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