EL POLLITO FEO
Enviado por Diego G Miranda • 17 de Marzo de 2016 • Tarea • 499 Palabras (2 Páginas) • 331 Visitas
EL POLLITO FEO
En una hermosa mañana de verano, los huevos que habían empollado la mamá Gallina empezaban a romperse, uno a uno. Los pollitos fueron saliendo poquito a poco, llenando de felicidad a los papás y a sus amigos. Estaban tan contentos que casi no se dieron cuenta de que un huevo, el más grande de todos, aún permanecía intacto. Todos, incluso los pollitos recién nacidos, concentraron su atención en el huevo, a ver cuándo se rompería. Al cabo de algunos minutos, el huevo empezó a moverse, y luego se pudo ver el pico, luego el cuerpo, y las patas del sonriente pollito. Era el más grande, y para sorpresa de todos, muy distinto de los demás. Y como era diferente, todos empezaron a llamarle el Pollito Feo. La mamá Gallina, avergonzada por haber tenido un pollito tan feo, le apartó con el ala mientras daba atención a los otros pollitos. El pollito feo empezó a darse cuenta de que allí no le querían. Y a medida que crecía, se quedaba aún más feo, y tenía que soportar las burlas de todos. Entonces, en la mañana siguiente, muy temprano, el pollito decidió irse de la granja. Triste y solo, el pollito siguió un camino por el bosque hasta llegar a otra granja. Allí, una vieja granjera le recogió, le dio de comer y beber, y el pollito creyó que había encontrado a alguien que le quería. Pero, al cabo de algunos días, él se dio cuenta de que la vieja era mala y sólo quería engordarle para transformarlo en un caldo de pollo. El pollito salió corriendo como pudo de allí. El invierno había llegado, y con él, el frío, el hambre y la persecución de los cazadores para el pollito feo. Lo pasó muy mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de la primavera. Los días pasaron a ser más calurosos y llenos de colores. Y el pollito empezó a animarse otra vez. Un día, al pasar por la granja, vio los Gallos más fuertes que jamás había visto. Eran elegantes, delicados, y se movían como verdaderos bailarines, sobre el corral. El pollito, aún acomplejado por la figura y la torpeza que tenía, se acercó a una de ellos y le preguntó si podía formar también parte de ellos en el corral.
Y uno de los Gallos le contestó:
- Pues, ¡claro que sí! Eres uno de los nuestros.
- Y le dijo el pollito:
- ¿Cómo que soy uno de los ustedes?
- Yo soy feo y torpe, todo lo contrario de ustedes.
- Y ellos le dijeron:
- Entonces, mira tú reflejo en el agua del bebedero y verás cómo no te engañamos.
El pollito se miró y lo que vio le dejó sin habla. ¡Había crecido y se transformado en un fuerte Gallo! Y en este momento, él supo que jamás había sido feo. Él no era un pollo cualquiera sino un Gallo. Y así, el nuevo Gallo se unió a los demás y vivió feliz para siempre.
FIN
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