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ESPAÑOL 2 Tema: El consumismo


Enviado por   •  3 de Febrero de 2016  •  Documentos de Investigación  •  4.461 Palabras (18 Páginas)  •  301 Visitas

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Universidad Autónoma de Nuevo León[pic 1][pic 2]

Preparatoria N° 15 Madero

ESPAÑOL 2

Tema: El consumismo

Lic. Irma Mireya Cortés Morquecho

Integrantes:

  • Carlos Adrián Gómez Buenrostro 1795100
  • Alicia Alejandra Peña Cortés 1794629
  • Jesica Lizeth Alfonso González 1815145
  • Astrid Alejandra Zapata Pérez 1825524
  • Alonso Galván Guerrero 1815483
  • Aldo C. Cruz Juárez 1803910

Grupo: 43

Monterrey Nuevo León, 1ero de febrero del 2016.

ÍNDICE

Introducción………………………………………………………………….…… Pág. 3

Capítulo 1……………………………………………………………………….… Pág. 4

Capítulo 2…………………………………………………………………………. Pág. 6

Capítulo 3…………………………………………………………………………..Pág. 7

Capítulo 4…………………………………………………………………………. Pág. 8

Capítulo 5…………………………………………………………………………..Pág. 10

Capítulo 6……………………………………………………………………….… Pág. 11

Conclusiones…………………………………………………………………..… Pág. 12

Bibliografías…..………………………………………………………………….. Pág. 15

 

INTRODUCCIÓN

 Escribir acerca del consumismo requiere separarse de la conmoción total que produce en todos el reconocer que empieza siendo algo ajeno y termina siendo familiar, cercano, y propio.

Al hacer esto, nos damos cuenta del deterioro, de las personas tan aferradas a lo material en las que nos hemos convertido, pero nos aferramos a cosas materiales, cosas que se desvanecen con el pasar del tiempo, entonces, nos aferramos a nada.

Estamos rodeados de “gente” psicótica, ensimismada en sus propios asuntos, indignados ante la externación.

Muchos de los sociólogos, afirman que nos deshacemos de las cosas sin hacer antes un proceso de separación antes de consumir otra, suena un poco ridículo,  algo más espiritual, pero a la larga evita gastos innecesarios:

“Agradecer todo lo que nos dieron y reclamarles lo que no pudieron hacer  estas cosas por nosotros”

En otras palabras, usarlas saludablemente, darle un verdadero propósito a las cosas de las que estamos rodeados.

Algo que nos deberíamos preguntar antes de siquiera tocar el producto:

¿Me conviene adquirirlo?, ¿Poseo algo que ya cumple la función de esto?, ¿Lo estoy adquiriendo porque es lo que yo quiero o por alguien más?

Pero hemos preferido escuchar a nuestra cultura, hemos escogido dejar de pensar por nosotros mismos, hemos permitido que otros tomen el camino de nuestro desarrollo, hemos dejado de ser auténticos.

Capítulo 1: El consumismo

Se conoce como consumismo, por último, al consumo innecesario o exagerado, que incluye el uso de bienes y servicios que no son imprescindibles. Las personas consumistas suelen ser víctimas de las campañas publicitarias, que las incitan a comprar a través de técnicas de manipulación que se estudian y perfeccionan constantemente para transmitir la necesidad de tener un determinado producto, aun cuando esto no sea cierto. Es muy difícil plantarse frente al mundo actual y asegurar a los cuatro vientos “no soy consumista”, en esta época en la que la mayoría de los seres humanos dependemos de Internet y de la interminable lista de dispositivos que permiten navegar por sus mares de tendencias forzadas y ocio en paquetes de bytes.

Muchas veces se utiliza el término consumista como sinónimo de comprador compulsivo, aunque existen ciertas diferencias, tanto en las razones como en las consecuencias. En principio, algunos consideran que el comprador compulsivo presenta una patología mental, y que intenta llenar algún tipo de “vacío emocional” mediante las compras, mientras que el consumismo es un estilo de vida propio de una persona débil de carácter, que no se permite ser ella misma y se refugia en el papel que la sociedad le exige que ocupe. Es muy probable que un comprador compulsivo ponga en riesgo su economía al dejarse llevar por esa necesidad imperiosa de adquirir un producto que hasta antes de la transacción no conociera y que al momento de toparse con él lo convirtiera en un objeto indispensable para su propia existencia. Los consumistas, por otro lado, suelen caracterizarse por trabajar y ahorrar para darse los gustos. Cabe aclarar que, sin embargo, ninguno de ellos consigue una satisfacción plena.


 Un fenómeno de los siglos XX y XXI. El término «consumo» y la expresión «sociedad de consumo» son muy difíciles de definir, pues su significado es diferente según el momento histórico al que nos refiramos así como al punto de vista desde el que se utilicen. Lo que sí parece claro es que el fenómeno del consumo es algo característico desde comienzos de siglo pasado. La escalada del consumo. El comportamiento del consumidor actual se deriva, en parte, de la vida en grandes ciudades. En ellas se origina un nuevo tipo de individuo, necesitado de preservar su individualidad frente a las fuerzas y corrientes sociales de la ciudad. Por eso, los nuevos consumidores utilizan los productos de consumo como signos de identidad grupal: la ropa y el calzado que usan, la música que escuchan, la forma de emplear el tiempo de ocio, la vivienda, etc., se han convertido en medios para definir quién pertenece a un determinado grupo social y quién no.
Esta situación supone un cambio muy profundo en la sociedad, pues las personas ya no se identifican a sí mismas por su trabajo, ni por su profesión, ni por la familia a la que pertenecen, ni por sus ideas políticas o religiosas. Más bien sucede que la identidad individual se construye a partir del poder adquisitivo de bienes de consumo que tenga cada uno: no importa tanto lo que cada cual es, sino lo que tiene.
A partir de la década de los ochenta, el consumo se generaliza en todas las clases sociales de los países con economía industrial capitalista. Esta generalización ha sido tan profunda que, en la actualidad, se llegan a confundir erróneamente los términos «consumidor» y «ciudadano». Así, se piensa que los ciudadanos (es decir, los miembros de la comunidad política, sujetos de derechos y deberes) no son más que consumidores y que por el hecho de ser consumidor ya se es ciudadano. El consumo no se relaciona sólo con el uso de bienes y servicios para satisfacer necesidades, sino que es un proceso mucho más complejo que en nuestros días se ha convertido en la dinámica fundamental de todas las relaciones sociales: el consumismo. Consumir es una actividad imprescindible para la supervivencia biológica de los seres humanos, que compartimos con el resto de los seres vivos: sin aire, agua, alimentos, etc. sería imposible vivir. Consumir es una condición permanente e inamovible de la vida, que no se puede ceder o transmitir, ni está atado a una cultura o época histórica alguna.

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