El Cielo Llora Por Mi

Las Malas Influencias

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo porque de verdad querías hacerlo y no porque alguien más quería que lo hicieras? Vivimos en un mundo regido por el “qué dirán”, y somos constantemente presionados a ser alguien que no somos; amigos, compañeros de trabajo, jefes, y hasta familiares pueden influenciar en nuestra forma de ser. Ya sea por falta de criterio o ignorancia, nos rodeamos de malas influencias lo que nos lleva a hacer muchas cosas, incluyendo aquellas que pueden perjudicar nuestra salud o nuestra reputación. A través del personaje de Sheila Marenco, Sergio Ramírez, en su última obra El Cielo Llora por Mí, nos da un claro ejemplo de cómo la gente puede influenciar en nuestras acciones.

Sheila era una mujer casada y profesional. Tenía un trabajo estable y una madre y esposo que la amaban. Poco a poco, fue introducida al mundo de las drogas y al narcotráfico por su primo Giggo. Siendo un pariente tan cercano y trabajando en la misma empresa que ella, Giggo tenía acceso constante a Sheila con oportunidades de sobra para manipularla. ¿Sheila hubiera sido la misma persona de no haber sido influenciada por Giggo? ¿Hubiera ella probado las drogas de no haber sido seducida por su primo?

Ya una vez dentro del mundo de las drogas, ella se fue degradando cada vez más. Influenciada ahora por Caupolicán, Sheila planeo un robo de cien mil dólares y el envío de éstos a su madre. Las malas compañías y las malas influencias deben de ser temidas, pues uno no sabe hasta qué punto nos puede llevar. Ella nunca hubiera robado nada de no haber sido por el mundo en que estaba metida y la gente con la que trataba. En la vida todo tiene consecuencias, y lamentablemente los errores que Sheila cometió por dejarse influenciar le costaron la vida.

“El matrimonio es indisoluble,” muchos dicen, pero, ¿es éste el caso de Sheila? Ella estaba casada al señor Argüello, y ellos llevaban una vida estable juntos. Podemos ver, otra vez, cómo Caupolicán entra a la vida de Sheila, jugando un papel muy importante en la toma de sus decisiones. Vemos, también, como Sheila pierde sus valores (resultado de ser mal influenciada) y comienza una vida de infidelidad, dando luz a un niño ilegítimo. Seducida por lo que Caupolicán representaba (poder, prestigio, dinero, entre otros) y comprometida con el hijo que compartían, Sheila se separa de su esposo. Si Caupolicán nunca hubiera entrado en la vida de Sheila, ¿hubiera ella dejado a su esposo? ¿Habría perdido sus valores hasta el punto de ser infiel?

Es evidente como Sergio Ramírez trata de darnos un ejemplo de lo peligrosas que pueden ser las malas influencias, y nos muestra las muchas consecuencias que éstas traen. Aunque desde el principio de la obra Sheila no es un personaje activo, podemos ver por testimonios de los otros personajes como ella fue cambiando a medida

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