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El Ladron De Rubies


Enviado por   •  7 de Mayo de 2014  •  434 Palabras (2 Páginas)  •  581 Visitas

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EL LADRON DE RUBIES

E

n el palacio de Rabilando había un ladrón de rubíes. Nadie sabía quién era, y a toda tenia tan engañados el ladrón, que lo único que se sabía de él era que vivía en palacio, y que en palacio debía tener ocultas las joyas. Decidido el rey a descubrir quién era, pidió ayuda a un enano sabio, famoso por su inteligencia. Estuvo el enano algunos días por allí, mirando y escuchando, hasta que se volvió a producir un robo. A la mañana siguiente el sabio hizo reunir a todos los habitantes del palacio en una misma sala. Tras inspeccionarlos a todos durante la mañana y el almuerzo sin decir palabra, el enano comenzó a preguntar a todos, uno por uno que sabían de las joyas robadas.

Una vez más, nadie parecía haber sido el ladrón. Pero de pronto, uno de los jardineros comenzó a toser, a retorcerse y a quejarse, y finalmente cayó al suelo.

El enano con una sonrisa malvada, explicó entonces que la comida que acababan de tomar estaba envenenada y que el único antídoto para aquel veneno estaba escondido dentro del rubí que había desaparecido esa noche. Y explico cómo el mismo había cambiado los rubíes auténticos por unos falsos pocos días antes, y como esperaba que solo el ladrón salvara su vida, si es que era especialmente rápido…

Las toces y quejidos se extendieron a otras personas, y el terror se apodero de todos los presentes. De todos menos de uno. Un lacayo que al sentir los primeros dolores no tardo en salir corriendo hacia el escondite en donde guardaba las joyas, de donde tomo el último rubí. Efectivamente pudo abrirlo y beber el extraño liquido que contenía en su interior, salvando su vida.

O eso creía el porqué el jardinero era uno de los ayudantes del enano, y el veneno no era más que un jarabe preparado por el pequeño investigador para provocar unos fuertes dolores durante un rato pero nada más y el lacayo así descubierto fue detenido por los guardias y llevado inmediatamente ante la justicia.

El rey agradecido, premio generosamente a su sabio consejero y cuando le pregunto cuál

Era su secreto, sonrió diciendo:

_ Yo solo trato de conseguir que quien conoce la verdad la de a conocer

_ ¿Y quién lo sabía? Si el ladrón había engañado a todos…

_No majestad, a todos no. Cualquiera puede engañar a todo el mundo, pero nadie `puede engañarse a sí mismo.

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