El León y los cuatro Bueyes
Enviado por Rejosa • 1 de Octubre de 2013 • Ensayo • 484 Palabras (2 Páginas) • 520 Visitas
El León y los cuatro Bueyes
Cierta vez, cuatro Bueyes pastaban en los alrededores de un prado, y como se llevaban tan bien, se juraron eterna amistad, hasta que de pronto, un hambriento León apareció, y los atacó, pero estos buenos amigos se defendieron mutuamente e hicieron huir a la fiera hambrienta.
El León, notó que tan bien unidos estaban estos amigos, y buscando la manera de cómo separarlos para comérselos, planeó enemistarlos entre ellos mismos. Así que buscó a cada uno de ellos por separado y les dijo, que sus demás amigos Bueyes, hablaban cosas muy feas a espaldas de él. Los Bueyes al oírlo, se molestaron mucho entre ellos, hasta el punto en que terminaron su amistad para siempre, y por ultimo, se alejaron uno del otro.
El León, viéndolos ya enemistados y separados, empezó a cazarlos y a devorarlos uno por uno. El último Buey antes de morir dijo:
"¡Que tontos hemos sido!, Por creer las cosas que dijo el enemigo, nos desunieron y fuimos presa fácil para él."
Moraleja
La unión hace la fuerza, y la discordia debilita.
El Asno, la Zorra y el León
Cierta vez, estaban juntos un Asno y una Zorra caminando por la pradera, hasta que de pronto, apareció un León hambriento. La Zorra percatándose del peligro, se acercó al León diciendo ser su amiga, y le dijo al oído:
"Si usted me deja libre, le garantizó que con mi ayuda, el Asno caerá en sus garras al instante."
Y sin esperar mucho, la Zorra regresó al lado del Asno, y le dijo:
"No tienes nada de que temer amigo mio, si no te alejas de mi lado."
Y así, la Zorra llevó de un lugar a otro al Asno, hasta que lo hizo caer en una trampa.
El León, viendo que el Asno estaba asegurado, atrapó rápidamente del cuello a la Zorra, y le dijo:
"Gracias por facilitarme las cosas ingenua Zorra, ahora, podré comerte con total tranquilidad, mientras el Asno, espera su turno."
Moraleja
Traición bajo amistad, es doble maldad.
El Asno Salvaje y el Asno Doméstico
Cierta vez, un Asno salvaje buscaba alimento por las lomas, hasta que divisó a otro Asno doméstico que comía alegremente fuera de un establo. El Asno salvaje, curioso se acercó y le dijo:
"Amigo Asno, se le ve muy saludable y contento. Veo que tiene abundante comida y disfrutas de una vida fácil."
El Asno doméstico le respondió:
"Así es mi amigo. De estar bien alimentado no me quejo, pero me cuesta mucho ganarme el pan."
Al terminar de hablar, apareció el Amo del Asno doméstico, y dándole latigazos, lo llevó dentro del establo. Poco después, apareció el Asno doméstico cargando
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