El Pequeno Nicolas - Libro
Enviado por ciopatrick • 11 de Agosto de 2014 • 317 Palabras (2 Páginas) • 364 Visitas
El fútbol
Alcestes nos citó a un montón de compañeros de clase para esta
tarde en el solar, no lejos de casa. Alcestes es mi amigo, es gordo,
le gusta mucho comer, y nos citó porque su papá le regaló un
balón nuevo de fútbol y vamos a jugar un partido fenómeno. Es
estupendo este Alcestes.
Nos encontramos en el solar a las tres de la tarde, éramos
dieciocho. Hubo que decidir cómo se formarían los equipos para
que hubiera el mismo número de jugadores en cada lado.
Lo del árbitro fue muy fácil. Escogimos a Agnan. Agnan es el
primero de la clase, no nos gusta demasiado, pero como lleva
gafas no se le puede pegar, lo que para un árbitro es una buena
ventaja. Y, además, ningún equipo quería a Agnan, porque no es
muy bueno en deportes y llora fácilmente. Lo que sí hubo que
discutir es cuando Agnan pidió que le dieran un silbato. El único
que tenía uno era Rufo, cuyo padre es agente de policía.
—No puedo prestar mi silbato —dijo Rufo—, es un recuerdo
de familia.
No había nada que hacer. Por fin se decidió que Agnan avisaría a
Rufo y que Rufo pitaría en lugar de Agnan.
—j,Qué pasa? ¿Se juega o qué? Empiezo a tener hambre —gritó
Alcestes.
Pero la cosa se complicó, porque si Agnan hacía de árbitro no
éramos más que diecisiete jugadores, con lo que sobraba uno en
el reparto. Entonces encontramos un truco: uno sería juez de
línea y agitaría una banderita cada vez que la pelota saliera del
campo. Escogimos a Majencio. Un solo juez de línea no es
demasiado para vigilar todo el campo, pero Majencio corre muy
de prisa, tiene piernas muy largas y flacas, con grandes rodillas
sucias. Majencio no quería saber nada, quería jugar al balón, y
además nos dijo que no tenía bandera. Pero por fin aceptó ser
...