El Perfume

En esta obra el sentido del olfato se convierte en uno de los protagonistas y su autor, a través de la interacción olfativa de Grenouille con su entorno, nos hace capaces de recrear una época histórica, tan dura y distinta de la actual, para traducirla con olores en imágenes visuales e incluso sonoras. No estamos acostumbrados a que el olfato guíe nuestra percepción, sin embargo, Grenuille nos enseña a ver mediante su nariz todo lo que le rodea.

Pero, ¿hasta dónde nos lleva el olfato para conocer la realidad en la que Grenouille vive? ¿Qué podemos saber acerca de la realidad historia basándonos únicamente en los olores descritos por el autor? Partiendo de los olores, se recrea el denso y putrefacto ambiente en el que nace Grenouille, antagónico al de las maternidades que conocemos; se distinguen las profesiones o el aspecto físico de las personas y llega al extremo de intuir el comportamiento de ciertos individuos con tan solo husmearlos una vez, como en el caso de Grimal, que tras la primera calada de aire supo que sería capaz de matarle a palos a la menor desobediencia. También podemos imaginar los lugares donde se recrea la historia, por ejemplo, sabemos cómo era la cueva donde se refugia Grenouille gracias a la descripción de los olores del suelo, de la humedad bochornosa de la oquedad y del olor puro, gracias a la falta de hedor humano.

El despreciable Grenouille, junto con un olfato de una potencia inimaginable, desarrolla la codicia, vicio de la condición humana de cualquier época. Esto le hace capaz de descomponer la belleza de virginales muchachas mediante crímenes espantosos. Así, llega a cambiar el sentimiento de odio que miles de personas indignadas le lanzan en el cadalso, en el mismo sentimiento que más tarde le destruye.

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