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El Silencio De Sofia


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  1.677 Palabras (7 Páginas)  •  1.221 Visitas

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El silencio de Sofía.

Son muy pocas las razones y deben de ser muy imponentes, para que una persona deje de hablar, que se habrá vivido para que un ser humano no vuelva a pronunciar una palabra.

Después de la muerte trágica de su madre, Sofía una joven de apenas 16 años muy tímida no volvió a pronunciar una sola palabra, fue a vivir con su tía Alejandra, una mujer dulce, pero muy intrigante y misterios la cual tenía una hija, Valeria de apenas 15 años de edad, una niña muy entusiasta y muy inquieta.

Sofía, llega a la casa de su tía, un lugar misterioso en un pueblo, en él se podía ver como los arboles deshojaban por otoño y como el aire frio cubría el cuerpo de Sofía, como si la previniera de un suceso extraño.

-Hola mi dulce Sofía, pronunciaba repetidamente su tía.

Detrás de Elena, salió Valeria con su entusiasmo particular

-entra prima que aquí hace frio.

Ya dentro en una casa que parecía desolada, un lugar muy grande, pero gris, quien sabe que cosas habrá sucedido para que Sofía se sintiera infeliz al entrar ahí.

Al poner el primer pie en las escaleras para subir a su cuarto una lagrima salió del ojo de Sofía sin razón aparente, ¿Qué es lo que habrá sentido Sofía para que sus ojos soltaran una lagrima?

Valeria tomo de la mano a Sofía y con gran entusiasmo decía

-sube prima, debes conocer tu cuarto

Ya en la recamara Valeria le hacía infinidad de preguntas a Sofía, pero ni siquiera intento contestar una, Sofía tomo asiento en una silla que estaba al lado de la ventana y se quedó mirando sin punto fijo, como si recordara sucesos de su vida.

Valeria se retiró del cuarto de Sofía sin saber porque su prima se quedó así.

A la mañana siguiente Elena mando llamar a su sobrina y a su hija a desayunar, pues ya era tarde para ir al colegio, apenas terminaron de desayunar, Elena llamo al chofer, un hombre amable, muy joven para el trabajo, con apenas 20 años de edad.

-Bueno días señoritas, ya listas para el colegio.

-Si Antonio, Sofía y yo, estamos listas.

-Muy bien señoritas entonces vayámonos.

Ya en el colegio, un lugar un poco viejo y terrorífico, sus paredes parecían caerse de lo viejas que estaban.

El primer día de Sofía en su nuevo colegio, no resultaba muy bien, pues sus maestros comenzaban a quejarse de su situación, pues no podían trabajar con una joven que no hablaba ni siquiera para pedir un permiso.

Después de terminar el día a Sofía se le llevo con el psicólogo de la escuela, el señor Santiago Vasco, un hombre delgado, alto y con un gran don para ayudar a las personas, pero ahora se enfrentaría a un caso un tanto extraordinario.

-Pasen por favor señoritas, ¿Qué es lo que sucede?

-Mi prima no habla, desde que su madre murió, y esto hizo que hoy ni siquiera se pudiera presentar con los maestros, y la mandaron aquí para ver si usted podía ayudarla.

- Y que dices a tu defensa Sofía, dijo el psicólogo.

Parecía que Sofía no estaba en este mundo pues su mirada estaba perdida y no prestaba atención a lo que decía el psicólogo.

-¡Sofía, presta atención a lo que te digo! Dijo enojado el psicólogo, lo que provoco que Sofía saliera del trance y lo mirara fijamente a los ojos y después de ver unos segundos al doctor, Sofía grito de una manera muy estremecedora que haría que tu piel se enchinara. Después de gritar por un minuto seguido Sofía se puso de pie y cayo rendida sobre sus rodillas.

El psicólogo llamo a Elena para que viniera por su sobrina, ya en la casa Sofía corrió hasta su cuarto y no salió hasta la mañana siguiente.

A la mañana siguiente Antonio se presentó en la puerta para cumplir su deber diario.

-Buenos días señoritas, dijo Antonio el chofer. Y las jóvenes subieron al auto para ir al colegio.

En el transcurso del viaje Valeria estaba desconcertada por la forma en la que Sofía estaba perdidamente viendo por la ventana. Y así día tras día, durante 3 meses se repetía la misma situación, en casa, en el auto y en la escuela, cada día que transcurría Sofía se separaba cada vez más de su tía Elena y de Valeria.

Llego el último día de clases antes de vacaciones de invierno, las calles se encontraban cubiertas de nieve y el clima afuera de las casas era terrible, ya en el auto por primera vez Sofía no veía por la ventana, en lugar de esto ella miraba fijamente al frente.

Al final del día de clases como todos los anteriores Sofía y Valeria iban al consultorio del psicólogo Santiago. Ya en el consultorio…

El psicólogo al ver a Sofía noto algo raro en ella, noto su rostro como si por primera vez ella estuviera dispuesta a hablar. Pero nada mejoro, no hubo avance al parecer todo quedo en una suposición pues Sofía no menciono ni una sola palabra.

Ha pasado

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