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El Sombrero mágico


Enviado por   •  17 de Octubre de 2013  •  1.620 Palabras (7 Páginas)  •  358 Visitas

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El sombrero mágico

Autor de esta adaptación: José Luis García

(Entran Padre, Madre y Chico. El Chico lleva consigo un macuto o una mochila).

PADRE.-

Ya sabes, hijo, la vida se ha puesto muy difícil. Ya eres mayor y no tenemos dinero para seguir cuidando de ti.

MADRE.-

Pero es todavía un niño.

CHICO.-

No te preocupes madre, saldré adelante.

PADRE.-

Es casi un hombre.

(El Chico besa a su Madre y luego a su Padre, hace un gesto con la mano y sale de escena).

MADRE.-

Todavía es un jovenzuelo alocado.

PADRE.-

Pero tiene buen corazón.

(Padre y Madre se cogen de la mano y salen de escena).

(Árboles y arbustos entran en escena y conforman un paisaje).

(El Chico entra por un extremo del escenario, camina y camina, y sale por el otro extremo).

(Árboles y arbustos cambian de lugar y conforman otro paisaje).

(Un Anciano entra por uno de los extremos del escenario, camina tambaleándose y termina por caer al suelo; lleva consigo una mochila).

(El Chico entra por el otro extremo justo en el momento en el que el Anciano cae al suelo).

(El Chico se acerca rápido hasta el Anciano y le ayuda a sentarse).

ANCIANO.-

Gracias muchacho. Estoy débil porque hace días que no tomo comida alguna, y apenas me alimento de las hierbas que encuentro en el camino.

(El Chico se sienta junto al Anciano y saca de su mochila algunos alimentos).

CHICO.-

no tengo mucho, pero compartiremos la comida.

ANCIANO.-

Eres muy bondadoso. Sin comida la vida es como una pesadilla.

CHICO.-

Jamás he pasado hambre. Aunque muy humildes, mis padres siempre me han dado aquello que han podido.

(Los dos personajes comen en silencio).

CHICO.-

Debo irme. Pero le dejaré la mitad de la comida que aún me queda.

(Mientras el Chico divide la comida que le queda, el Anciano busca en su mochila y extrae de ella un sombrero).

ANCIANO.-

Yo también te daré algo.

(El Chico ve el sombrero).

CHICO.-

Tal vez usted lo necesite más adelante.

ANCIANO.-

No todas las cosas son lo que parecen. Este sombrero tiene el poder de concederte tres deseos. Sólo alguien con un corazón bondadoso puede hacer uso de él. Úsalo pensando bien en lo que pides.

(El Anciano le coloca en la cabeza el sombrero al Chico).

(Repartida la comida y con su regalo sobre su cabeza, ambos personajes se despiden con un apretón de manos, y cada uno sale por un extremo de la escena).

(De nuevo, los árboles y arbustos conforman un paisaje distinto).

(Dos bandoleros entran en escena).

BANDOLERO 1.-

Ese tiene cara de tontico.

BANDOLERO 2.-

Es un mero tontico.

(Ambos se esconden entre los arbustos).

(El Chico entra en escena y cuando está cerca del escondite de los bandoleros, estos salen de su escondrijo y de dos estacazos lo dejan tumbado en el suelo).

BANDOLERO 1.-

Además de tonto, es sordo.

BANDOLERO 2.-

Es un tonto sordo.

(Y con la rapidez creada por la experiencia, despojan al muchacho de su mochila y lo atan a uno de los árboles cercanos. Durante el proceso, una naranja cae de la mochila y queda tirada en el suelo, no muy lejos de donde queda el Chico).

BANDOLERO 1.-

Este tonto no podrá moverse de aquí.

BANDOLERO 2.-

Es un tonto atado a un árbol.

BANDOLERO 1.-

¿Nos llevamos también el sombrero?

BANDOLERO 2.-

¿Y para qué queremos el feo sombrero de un tonto?

(Y con grandes risotadas ambos se alejan del lugar. Al poco tiempo de que los bandoleros salgan del lugar, se despierta el Chico, que inútilmente intenta soltar sus ataduras).

(Sigue con su intento de liberarse hasta que descubre la naranja tirada en el suelo).

CHICO.-

Ojalá esa naranja pudiera moverse y me desatara.

(Justo después de decir esas palabras, la naranja comienza a moverse, surge una explosión de ella y vemos que la naranja se ha convertido en una Chica, más o menos de la edad que el Chico atado al árbol).

CHICO.-

¡El sombrero!

CHICA.-

Muy bonito, si; pero creo que es mejor que te desate.

(La muchacha desata al prisionero. Y desde el momento en que se ve libre, el Chico corre y salta por el lugar, desahogando su alegría).

CHICO.-

¡El sombrero… El sombrero funciona…!

CHICA.-

No estoy muy segura de eso. Parece que te ha dado una insolación. Estás un poco loco. ¿No te habrán atado por loco?

CHICO.-

¿No lo entiendes?, este sombrero es mágico.

CHICA.-

Como sigas comportándote como un loco, vuelvo a atarte al árbol.

CHICO.-

¿No lo recuerdas?, eras una naranja.

CHICA.-

Claro, y tu, una pera.

(El Chico sigue saltando de alegría. La Chica lo observa y se ríe).

CHICA.-

Pareces un loco inofensivo. Vámonos de aquí. Si los que te ataron al árbol vuelven, te atarán de nuevo. Y a las naranjas no nos gusta ver a la gente atada. Venga, camina.

CHICO.-

No te arrepentirás de venir conmigo.

CHICA.-

Te equivocas. Tu eres el que viene conmigo. Ven, pera, camina.

(Ambos se miran y ríen).

CHICO.-

Las peras somos menos ácidas que las naranjas.

CHICA.-

Ya, pero las naranjas rodamos mejor. Camina, que me ha parecido escuchar ruidos de gente que se acerca.

(Ambos salen de escena).

(Los árboles y arbustos que ha conformado hasta ahora el paisaje, desaparecen, y en su lugar entran algunos matorrales con flores y unos árboles frutales. El Chico y la Chica entran en escena. Y se detienen a contemplar el lugar).

CHICA.-

Este lugar es realmente bonito.

CHICO.-

Me encantaría tener una casa aquí.

(Apenas ha terminado de pronunciar la frase, y tras una explosión, aparece una casa en el lugar, rodeada de las flores y los árboles frutales. (Con el susto de la explosión y con la aparición

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