El Trabajo Social es una disciplina cuyo objetivo es promover el cambio y la transformación social

El Trabajo Social es una disciplina cuyo objetivo es promover el cambio  y la transformación social, es decir: el fortalecimiento de la sociedad y la resolución de los problemas en las relaciones humanas para incrementar el bienestar, aplicando diversas teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, y una metodología en la que se integra el trabajo social de caso, grupo y comunidad. Por todo esto, la justicia social y los derechos humanos son fundamentales para el Trabajo Social.

La relación teoría- práctica para el trabajo social desde sus inicios  ha sido un proceso de formación como en el desarrollo de la labor profesional tanto en el periodo de formación como en el desarrollo de la labor profesional, las practicas representan un papel fundamental, para la formación de los futuros profesionales al aportar nuevos elementos  para una nueva teorización y su posterior aplicación para complementar el cuerpo teórico de trabajo social.

La práctica se presenta como una instancia básica de investigación y elaboración teórica en la que el estudiante conoce su campo de estudio y saca conclusiones de los datos obtenidos y relacionarlos con la realidad social, no es solo el lugar de la aplicación de la teoría sino que además de ellos deben obtener de la experiencia práctica un conocimiento teórico.

La importancia de la relación teoría con la práctica radica básicamente en la relevancia que para el trabajo social tienen la personas y por eso persigue que sus profesionales dominen todos los ámbitos de intervención donde prime  el bienestar de las personas las practicas supone un ejercicio de retroalimentación con respeto a la teoría por tanto estas han de ser consideradas como fuente de conocimiento que de manera constante alimenta el cuerpo teórico del trabajo social.

Uno de los desafíos esta profesión es orientar procesos de enseñanza-aprendizaje, donde se involucre la relación entre teoría y práctica y entre investigación e intervención. Es allí donde la práctica académica reviste vital importancia, en tanto que proceso formativo donde se ponen en juego los conocimientos adquiridos en la carrera bajo una continua interrelación entre ejercicio profesional y supervisión.

Cuando se hace alusión al concepto de práctica es inevitable plantear la relación teoría-práctica, no como se ha entendido tradicionalmente, como dos actos escindidos del conocimiento, sino como dos procesos complementarios mutuamente intervinientes, interactuantes y coexistentes.

La relación teoría-práctica  es uno de los desafíos cruciales que permitiría resolver la cuestión del pensamiento como instrumento para la transformación de la realidad,  la  relación entre practica y teoría  la consideramos como un hacer en el orden de los conceptos, de las ideas, es decir, del conocimiento. Aquí se establece un auténtico diálogo entre el pensar y el hacer.

Es entonces como la práctica académica debe fundamentarse como una acción reflexiva. No puede considerarse como algo armónico, estable, procesual; antes bien, la práctica académica tiende a la complejidad,  y el desafío de  construir  un sentido común en conceptos, metodologías y procesos que permitan construir explicaciones, comprensiones o transformaciones de la realidad social. La práctica académica se presenta como un proceso de aprendizaje para los estudiantes, en tanto les permite la reflexión y socialización del quehacer profesional, en donde la realidad de las problemáticas sociales propician en ellos la configuración del conocimiento que es evaluado o replanteado con la teoría y con los conocimientos adquiridos durante toda su formación.

La práctica académica no es un momento final de la formación en el que se aplican los conocimientos, las habilidades y las destrezas desarrolladas a lo largo de la carrera, sino un proceso que debe impregnar la totalidad de lo aprendido,  vincular experiencias de   diferente índole, e impulsar  a la construcción de nuevos  conocimientos, a la capacidad reflexiva y a la performance profesional, personal y coherentes con la realidad social e institucional a la que se vinculan.

La práctica académica se constituye entonces donde se recrea constantemente la relación entre teoría y práctica, entre y el contexto local y nacional, posibilitando nuevos interrogantes con respecto al conocimiento que se puede constituir sobre investigación-intervención. Se puede argumentar que la práctica es un proceso complejo en el que influyen  en gran  los conocimientos adquiridos, tanto epistemológicos y teóricos, metodológicos con el fin de garantizar el logro de los objetivos en la formación del profesional deseado.

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