El alquimista

EL ALQUIMISTA.

Un joven pastor llamado Samuel tenía un rebaño de ovejas un día les estaba agarrando la noche en el pueblo de Andalucia y decide pasar la noche en una iglesia abandonada, ese día él tuvo un sueño en el que un niño lo guía hacia las pirámides de Egipto y allí encuentra un tesoro pero justamente cuando lo va a encontrar se despierta, total ese día va con el comerciante a que trasquilen a sus ovejas pero estaba atendiendo a mucha gente y le pide a el pastor que lo espere, para esto había una chica era la hija del comerciante empezaron a platicar y el pastor no quería dejar de platicar con ella más de dos horas, y no quería que se terminara el día.

Había transcurrido tiempo  faltaban pocos días para que volviera a ver a la hija del comerciante y responderle una pregunta que le había hecho la primera vez que la vio ¿Por qué sabes leer si eres un simple pastor? El pastor le iba pensando lo que le iba a decir, que a los 16 años estuvo en un seminario ya que sus papás querían que el fuera cura, pero él había estudiado latín español y teología. Sin embargo a él no le gustaba eso, a él le gustaba viajar y soñaba con conocer el mundo. Un día el pastor se armó de valor y le confeso a sus papas que él no quería ser cura sino que él quería viajar para conocer el mundo, y su padre le dio 3 monedas de oro españolas y le dijo que se fuera a comprar unas ovejas y que se fuera a recorrer el mundo.

El pastor había recordado que había tenido un sueño varias veces y decidió ir con una vieja que supuestamente sabia interpretar los sueños, la vieja llevo al pastor a un cuarto que se encontraba hasta el fondo de su casa, en él se encontraba una mesa, una imagen del sagrado corazón de Jesús y dos sillas, el pastor comenzó a tener miedo y la vieja s daba cuenta de esto. El joven comienza a contarle a detalle el sueño cuando el termina de relatarle el sueño la vieja le dice que ella lo guiara para encontrar el tesoro pero solo si le juraba que le iba a dar la décima parte del tesoro, el joven acepto, y la vieja le dijo que tenía que ir a Egipto a buscar el tesoro.

Samuel se puso a leer un libro cuando llego un anciano, a hacerle la plática acerca del libro que leía pero resulta que  el anciano resulto ser Rey de Salem y termina hablando con el pastor acerca de su sueño y le dice que  la décima parte de su rebaño a cambio de saber dónde encontrar el tesoro de pronto el Rey le entrego dos piedras una negra y una blanca que significaban “Si” y “No” y al día siguiente fue a vender su rebaño porque le iban estorbar para irse a África.

El pastor de un largo viaje llego a un pueblo llamado Tanger el cual estaba lleno de delincuentes, y se encontró a un chico que supuestamente lo iba a ayudar pero solamente lo robo y se echó a correr y a Samuel lo dejo sin dinero y se tuvo que poner a trabar con un señor limpiando su cristalería.

Después de varios meses Samuel nuevamente ya tenía dinero suficiente dinero para volver a España y comprar un rebaño nuevo pero el dueño de la tienda de cristales le conto que su sueño era conocer meca ya que todos los de su religión iban allá y fue cuando el recordó que tenía un sueño por cumplir.

Samuel pensó en irse por el desierto y comprarse un camello para poder transportarse en él, se encontró a un hombre que hablaba más español que árabe y le pregunto que donde podía comprar un camello para transportarse, un señor los escucho y les dijo que iba a salir una caravana y sin más preguntas ambos salieron detrás del señor para irse en esa caravana que se dirigía hacia el desierto llegaron al oasis donde los atendieron muy amablemente y allí conoció a Fátima y Samuel llego a pensar que ella era su tesoro.

Conforme pasaron los días Samuel le comento a Fátima con que finalidad había ido para allá entonces ella le dijo que siguiera su camino pero Samuel decía que era más importante su amor con ella, para esto le confiesa que ella es casada y que está esperando a que regrese su marido ya que se adentró en el desierto pero no sabe si volverá o no.

Al irse a dormir Samuel vio unos gavilanes volar por encima del desierto y él  pensó que eran señales de guerra, fue a contarles a los generales del  y ellos le dijeron que ellos no podían entrar a su oasis ya que allí se prohibían las armas y por precaución le dijeron que por cada hombre que matara le darían oro, después Samuel comenzó a preocuparse ya que si no había dicha guerra a él lo matarían en el camino se encontró con un caballero quien le dijo que era un alquimista, él lo atendió y le dijo que iba a ser una guía para poder cumplir con su leyenda personal, cuando llegaron a un campamento donde fueron recibidos les preguntaron qué es lo que traía allí y el alquimista respondió que era Elixir de la larga vida y la piedra filosofal solamente se burlaron de ellos y los dejaron pasar.

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