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El aporte de Valle-Inclán en el arquetipo de Don Juan


Enviado por   •  15 de Abril de 2018  •  Ensayo  •  2.476 Palabras (10 Páginas)  •  102 Visitas

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Pedagogía en Castellano

Literatura Española Contemporánea  

Sonata de Primavera: El aporte de Valle Inclán al mito de Don Juan

                                                                    Profesora: Paola Lizana

                                                                         Ayudante: Blanca Escobar

Autor: Marcel Brynildsen Vásquez

Valparaíso, 22 de septiembre de 2015

Sonata de Primavera: El aporte de Valle Inclán al mito de Don Juan

Marcel Brynildsen Vásquez

Las Sonatas de Ramón del Valle-Inclán (1902-1905) se inscriben en la literatura española con distinguido garbo en cuanto al cuidadoso estilo y lenguaje. Considerado por Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Alfonso Reyes, como un artista virtuoso de “ilimitada capacidad para la creación lingüística” (Phillips, 2006: XXI) su obra contempla los géneros narrativo y dramático, los cuales han significado un aporte innegable a las letras del siglo XX.                                                         

Abundante estudio, -y de sabida erudición- existe sobre la obra, vida y aporte literario de Ramón del Valle-Inclán, como también existen incontables folios, teoría literaria e investigación sobre un tema vital para la humanidad, como lo es el Mito. Particularmente, este texto se enfocará en comentar la relevancia del mito de Don Juan, “eterno y nacional” (Severance, 2011:10) “que no puede tener sucesión y que no puede reproducirse” (Serrano Alonso, 2010: 259)[1] y analizar en una de las Sonatas de las Memorias del Marqués de Bradomín -la de Primavera- la estética diferenciada y auténtica del genio del “esperpento”. Se apreciarán las divergencias entre nuestro Marqués y el arquetipo de la cofradía mitológica del alma española, Como también comentará el aporte que hace Valle al mito español.

Adicionalmente, y para explicar, -acaso una teoría dentro de otras- la relación autobiográfica que podría establecerse entre las experiencias del Marqués y las del propio Ramón del Valle-Inclán. Haremos uso del trabajo de Brandon Severance que en  Don Juan en Valle-Inclán (2011) nos entrega referencias de puño y letra del autor español.        

Xavier, protagonista de las Memorias del Marqués de Bradomín, (1902-1905)[2] Sonata de Primavera (S.P. 2006 en adelante) y narrador de estas “amables memorias” es, por muchos exegetas una versión valleinclaniana del mítico héroe español Don Juan. Sin embargo, existen diferencias entre el mito y el personaje de Valle, que sitúan al segundo más como un complemento al mito que como una reproducción fiel del original.                

María Teresa Domingo, en su trabajo Don Juan, un mito vigente (1993) realiza desde el mito clásico de Don Juan, una revisión de todas las versiones posteriores en la literatura, desde Tirso de Molina pasando por Moliere, Zorrilla, Merimeé, Unamuno, Torrente Ballester y Valle-Inclán[3]. Se ha sintetizado en este texto las características que la autora observa, a modo de exponer las más significativas:

Domingo señala que “el mito [de Don Juan] precisa un soporte físico, que generalmente fue un galán… o ser ya «un hombre como todos los hombres»” (1993: 205) Así, Xavier, nuestro protagonista/narrador, revive las memorias de acontecimientos pasados. Según él hace muchos años: “creo que además de sus labios me sonrieron sus ojos, pero han pasado tantos años, que no puedo asegurarlo” (SP, 2006: 10) “¡Han pasado muchos años y todavía el recuerdo me hace suspirar!” (SP: 21) “En mi memoria vive siempre el recuerdo de sus manos blancas y frías: ¡Manos diáfanas como la hostia!...” (SP: 36). y el más decidor atisbo de su condición: “María del Rosario fue el único amor de mi vida. Han pasado muchos años, y al recordarla ahora todavía se llenan de lágrimas mis ojos áridos, ya casi ciegos” (SP: 26). La distancia temporal entre el relato y los hechos relatados, realzan la perspectiva de un donjuán ya entrado en años, añorante de sus travesías pasadas. Xavier ha vivido para contarlo, no ha sido castigado con la muerte ni el arrepentimiento lo detuvo en el pasado (aunque sí lo cuestiona el viejo Xavier narrador) y esta primera evidencia ya diverge del mito alimentado por la literatura.         

Domingo, respecto de la ubicación geográfica de la novela donjuanesca, indica que “Generalmente vive en España,  Aunque en Valle-Inclán, la obra se desarrolla en Italia (p. 205) efectivamente, la sección Primavera de las memorias, se desarrolla en “la vieja, la noble, la piadosa ciudad de Ligura” (SP.7) y explica la razón de alejar y “suavizar al donjuán” de las tierras hispanas: ”Los españoles se muestran más parcos, o más prudentes, quizá porque, como nota Maeztu, «los autores españoles han dudado sabiamente de la posibilidad de que su héroe realizase sus hazañas en España»” (1993:206)        

La ubicación y característica de la ciudad piadosa no es un simple dato a no considerar. La razón de la llegada de Xavier a Ligura es penosa. Acude para entregar un mensaje destinado al Papa por medio del agonizante y posterior fallecido Monseñor Estefano Gaetani, “… aquel varón, lleno de evangélicas virtudes y de ciencia teológica…” y para quien, debido a su honorable altura espiritual, Xavier lleva “el capelo cardenalicio” (SP.8). Valle incluye no sólo el elemento religioso clásico del mito, el cual revisaremos después. Además agrega esta calidad espiritual a todo el entorno de nuestro donjuán. Domingo señala que “La primitiva referencia al retiro conventual de Isabela (de Tirso de molina, 1630) se transforma con el paso del tiempo en la violación del recinto sagrado por obra del seductor. Xavier galantea a una joven que va a profesar” (…) Por tanto, lo que estaba esbozado en Tirso se toma en los continuadores como rasgo constitutivo del tipo, quizá porque la imaginación empuja a la transgresión. (1993: 206)        

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