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El baldío Estaba oscuro, no se podía ver más que las sombras que se formaban debido a las luces que aparecían.


Enviado por   •  16 de Octubre de 2016  •  Apuntes  •  462 Palabras (2 Páginas)  •  223 Visitas

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El baldío

        Estaba oscuro, no se podía ver más que las sombras que se formaban debido a las luces que aparecían. Me costaba demasiado tener que arrastrarlo entre la maleza y los desperdicios, debido a su peso muerto. Él parecía inerte de toda situación que sucedía alrededor suyo. El olor era insoportable. Tuve que manotearme varias veces la cara para sacarme un rejunte del agua estancada del riachuelo, con el hediondo baldío y su peculiar olor extra a excremento de animales más el olor pastoso de la maleza debido al mal tiempo.  Él no me ayudaba mucho, cada vez era más y más pesado, y tan torpe que su hombro se enganchaba en las matas duras o a veces en alguna piedra. Me hacia tener que destrabarlo a tirones, hacia que demore cada vez más de lo que quería estar ahí.

        Para apurar el paso, había comenzado a arrastrarlo desde los brazos… hasta que volvió nuevamente a ser torpe. Cambié de posición, le agarré las piernas de espalda y empecé a remolcarlo. Sabía que luego de terminar  iba a estar con un dolor de espalda impresionante. Luego, apareció un auto donde sus luces altas  iluminaron gran parte del baldío junto a mí y a él. Sin dudarlo, me había tirado encima de él. Lo tenía cara a cara, la suya llena de tierra y yo lleno de miedo por si me habían descubierto. Después de un momento, volvió a ser todo oscuro.

        Seguí remolcarlo un poco más, hasta que la maleza era muy alta, al tal punto que me tapaba hasta la cabeza y nadie pudiera ver nada.  Lo acomodé y le puse encima basura, ramas secas y cascotes para que nadie pudiera verlo. Me tomé un momento para descansar, hasta que… me horroricé. Ilusioné con que él estaba llorando como un recién nacido.

        Iba a irme, pero me arrodillé husmeando el sonido insistente. Había encontrado un bulto blanquecino y dudé en hacer algo. De nuevo me iba a ir, pero insistía demasiado el sonido. Regresé y volví a arrodillarme dudosamente. Corrí el papel periódico y me con una formita humana. Sin dudarlo, como si fuera un acto que no podría no hacer, la tomé en mis brazos y ligeramente me incorporé. Me abatió una sensación de ternura inexplicable.

        Me saqué el saco, para, en cierto modo, proteger a la criatura que se encontraba toda mojado. Y no lo dudé. Me fui lo más rápido posible que se pudiera, con ella en mis brazos. Desapareciendo así en la oscuridad.

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