El castigo

El castigo se vincula directamente con la violencia, y una de las formas de violencia contra niños es el denominado maltrato infantil. Éste puede consistir en una lesión o agresión física o emocional, o en una omisión o falta de atención de quienes están a cargo del niño.

Cuando el maltrato se realiza con la intención de corregir una conducta, se llama castigo, y se cree erróneamente, por parte de las personas que están facultadas legalmente para educarlo, que es una medida disciplinaria efectiva para la corrección, disciplina o modificación de la conducta del niño.

Ese castigo puede ser físico y humillante, pues esa violencia se produce en el cuerpo del niño. El Comité de los Derechos del Niño ha considerado que es castigo físico el que utiliza la fuerza física causando un cierto grado de dolor o malestar, aunque sea leve, por ejemplo, los manotazos, bofetadas, palizas, con la mano o con algún objeto, los puntapiés, empujón al niño, zarandeo, araños, pellizcos, mordeduras, tirarles del pelo o las orejas, obligarlos a ponerlos en posturas incómodas, producirles quemaduras, obligarles a ingerir alimentos hirviendo u otros productos nocivos.

Pero también tenemos el castigo no precisamente físico sino humillante, como aquellos en los que se menosprecia, humilla o denigra, se amenaza, asusta o ridiculiza al niño.

En el Perú, según información de diferentes DEMUNAS, el castigo se ha manifestado en golpes físicos, con palos, cables de luz y jalones, quemaduras de mano o de otras partes del cuerpo, y actos de humillación o violencia psicológica.

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