El conocimiento para José Ingenieros
Enviado por carlos9632 • 15 de Octubre de 2011 • Informe • 568 Palabras (3 Páginas) • 697 Visitas
El conocimiento para José Ingenieros.
1- En sus Proposiciones relativas al porvenir de la filosofía (1918), afirma la existencia de un "residuo inexperiencial fuera de la experiencia", que no es algo sobrenatural, trascendental o absoluto, aunque tampoco algo ininteligible o incognoscible.
Este residuo, que no es infranqueable para el conocimiento humano, es precisamente el objeto de la metafísica, como disciplina esencialmente distinta de la metafísica tradicional; se trata de una metafísica nueva, que se ayuda de la lógica en sus razonamientos, y que se caracteriza por su universalidad, anti dogmática y objetividad.
2- Mediocridad intelectual
Existe mediocridad en la mayoría de los aspectos como lo son: en la escala de la inteligencia humana ella representa el claroscuro entre el talento y la estulticia. Las personas tienden a confundir el sentido común con el buen sentido. El buen sentido común es colectivo, eminentemente retrogrado y dogmatista; el buen sentido es individual, siempre innovador y libertario.
La mediocridad intelectual hace al hombre solemne, modesto; indeciso y obtuso. Cuando no le envenenan la vanidad y la envidia, se diría que duerme sin soñar. Pasea su vida por las llanuras; evita mirar desde las cumbres que escalan los videntes y asomarse a los precipicios que sondan los elegidos. Vive entre los engranajes de la rutina.
Diferentes aspectos de la mediocridad.
2.1- Mediocridad personal
"El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde.
Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos. Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí. "Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos".
2.2- Mediocridad filosófica
¿Por
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